La Iglesia de Lima participó en la misa dominical oficiada por Monseñor Juan José Salaverry para orar por la pronta recuperación del Santo Padre. Junto a nuestros jóvenes de la Vicaría de la Juventud y unidos espiritualmente, esta mañana resonaron fuertes las palabras de Francisco: «Y no se olviden de rezar por mi».
«Francisco ha encendido la esperanza en muchos corazones apagados y alejados de la Iglesia. Necesitamos su palabra llena de candor y de Evangelio, necesitamos que la silla de Pedro siga orientando nuestra vida desde la fraternidad y con las reformas necesarias que viene haciendo en la Iglesia», ha expresado el Monseñor Salaverry.
Reunidos en la Catedral de Lima y frente a la imagen de la Virgen de la Evangelización, también se ofreció una especial intención por el pueblo hermano de Trujillo, que llora la pérdida de tantas vidas a consecuencia del colapso del techo del patio de comidas en un centro comercial.
A mediados de semana, nuestro Cardenal Carlos Castillo convocó a una gran cadena de oración en todas las iglesias de Lima para pedir por la salud del Papa Francisco. Fue así que en templos, comunidades parroquiales, congregaciones y grupos juveniles, se elevó una intención universal por el Sumo Pontífice.
Y bajo el lema, «Francisco, amigo, el Perú está contigo», la Iglesia de Lima celebró una misa central con la participación de cientos de fieles; el Nuncio Apostólico en el Perú, Monseñor Paolo Rocco; nuestro vicario general, Monseñor Víctor Solís; sacerdotes y jóvenes.
En su comentario del evangelio de Lucas (6,27-38), Monseñor Salaverry reflexionó sobre lo que implica el amor a los enemigos: «Humanamente, las reacciones que tenemos son muy distintas a lo que nos pide el Señor. Es un evangelio difícil de cumplir, pero necesario para que comprendamos la lógica de Dios, que nos aparta de nuestros esquemas y limitaciones para profundizar en el amor sensitivo y primario: amar como Dios nos ha amado», refirió.
Amar a los enemigos significa, por tanto, «no desear el mismo mal que ellos», sino «ponernos como Dios se puso delante de aquellos que le dieron la espalda con un amor que siempre perdona». Esta también es una exhortación a nuestra sociedad cada vez más polarizada y confrontada, inclusive, dentro de la Iglesia.
El Señor nos enseña, con su amor, a reconstruir la humanidad. Solamente desde el amor de Dios podemos rehacer la vida de nuestra sociedad y de la Iglesia, no desde la división ni los ataques.
En otro momento, el obispo auxiliar de Lima sostuvo que el Papa Francisco es un referente para entender el amor a los enemigos. Sus constantes llamados a la fraternidad son fuente de esperanza para la vida de la Iglesia y todos los creyentes. «Él sabe que, en medio del mundo dividido y en guerra, reconstruir la fraternidad humana es fundamental. Por eso, oramos por la salud del Papa, porque necesitamos referentes para seguir el Evangelio y continuar sembrando la esperanza», añadió.
«No se dejen robar la esperanza», dijo el Santo Padre cuando vino al Perú. No perdamos la esperanza de que el Señor nos va a permitir caminar unos años más con Francisco.
Antes de concluir la Eucaristía, doce jóvenes de la Vicaría de la Juventud, en representación de los doce decanatos de nuestra Arquidiócesis, encendieron sus velas y acompañaron a Monseñor Salaverry a orar en la capilla de la Virgen de la Evangelización. Junto a ellos, todo el Pueblo de Dios se unió a la plegaria por el Papa Francisco.
Que la fuerza del Evangelio nos ayude a comprender y a practicar el mandamiento del amor.