María, José y Jesús, representan una respuesta “coral a la voluntad del Padre”: ellos se ayudan recíprocamente a realizar el proyecto de Dios, rezando, trabajando y comunicándose. Que ellos, dijo el Papa en su reflexión de hoy, “sean modelo” para nuestras familias, a fin de que padres e hijos “se sostengan mutuamente en la adhesión al Evangelio, fundamento de la santidad de la familia”.
En la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret el Papa Francisco se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar junto con los fieles y peregrinos la oración mariana del Ángelus. A María, “Reina de la familia”, encomendó a todas las familias del mundo, especialmente a las probadas por el sufrimiento o el malestar.
En su meditación antes del rezo mariano, fue puesta de manifiesto la obediencia de María, la de José y la del mismo Jesús, que es “la voluntad del Padre”. Ellos, dijo el Pontífice, adhirieron “libre y responsablemente” al proyecto de Dios. La Sagrada Familia de Nazaret “estuvo totalmente disponible a la voluntad de Dios”.
La obediencia en la docilidad de María
Centrándose en cada uno de los miembros de esta familia, el Santo Padre destacó primeramente la “docilidad” de María a la acción del Espíritu Santo, que le pide que se convierta en la Madre del Mesías:
María, como toda joven mujer de su tiempo, estaba a punto de realizar su proyecto de vida, es decir, casarse con José. Pero cuando se da cuenta de que Dios la llama a una misión particular, no duda en proclamarse su «sierva» (cf. Lc 1,38).
El Papa señaló que de María, Jesús exalta su grandeza, y lo hace “no tanto por su papel de madre, sino por su obediencia a Dios”. Aun cuando Ella “no comprende plenamente los acontecimientos que la involucran”, en silencio “medita, reflexiona y adora la iniciativa divina”. Y su presencia al pie de la Cruz “consagra” esta disponibilidad total suya.
La obediencia en la acción de José
De José, Francisco resaltó su obediencia en la acción, puesto que el Evangelio “no nos deja ni una sola palabra”, porque “él no habla, sino que actúa obedeciendo”. José es “el hombre del silencio, el hombre de la obediencia”, dijo. Y recordó que la página del Evangelio del día (cf. Mt 2,13-15.19-23) alude bien tres veces a la obediencia del «justo José», quien “bajo la guía de Dios, representado por el ángel” “aleja a su familia de las amenazas de Herodes y la salva”.
De este modo la Sagrada Familia se solidariza con todas las familias del mundo que se ven obligadas al exilio; se solidariza con todos aquellos que se ven constreñidos a abandonar su propia tierra a causa de la represión, de la violencia y de la guerra.
Jesús, la voluntad del Padre
“Finalmente, – continuó el Papa – la tercera persona de la Sagrada Familia, Jesús. Él es la voluntad del Padre: en Él – dice san Pablo – no hubo ni ‘sí’ y ‘no’, sino sólo ‘sí'». (cf. 2 Co 1,19).
Francisco señaló que la obediencia de Jesús “se manifestó en muchos momentos de su vida terrenal”, y puso como ejemplo el episodio en el templo, cuando sus padres, angustiados, lo buscaban. A ellos Jesús respondió: «¿No saben que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre” (Lc 2,49). También recordó el constante repetir del Maestro: «Mi alimento es hacer la voluntad de Aquel que me ha enviado». Y su oración en el Huerto de los Olivos: «Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, que se cumpla tu voluntad» (Mt 26,42).
Todos estos eventos – aseguró el Santo Padre – son la realización perfecta de las mismas palabras de Cristo que dice: «Tú no has querido ni sacrificio ni ofrenda […]. Entonces he aquí que vengo […] a hacer, oh Dios, tu voluntad». (Heb 10.5-7; Sal 40.7-9).
Es necesario retomar la comunicación en la familia
María, José y Jesús “rezaban, trabajaban, se comunicaban”, continuó diciendo el Papa, y, he aquí que la pregunta que le surgió espontánea en este día fue: “¿tú, en tu familia, sabes comunicarte, o eres como esos chicos en que la mesa, cada uno con el teléfono móvil, está chateando?”
Debemos retomar la comunicación en familia: los padres con los hijos, con los abuelos, los hermanos entre sí… Es una tarea que hay que hacer hoy, precisamente en el Día de la Sagrada Familia.
La Sagrada Familia de Nazaret, respuesta “coral” a la voluntad del Padre
La Sagrada Familia de Nazaret representa «una respuesta coral a la voluntad del Padre”: ellos se ayudan recíprocamente a realizar el proyecto de Dios, rezando, trabajando y comunicándose. «Que ellos -concluyó el Papa en su reflexión de hoy, – sean modelo para nuestras familias, a fin de que padres e hijos se sostengan mutuamente en la adhesión al Evangelio, fundamento de la santidad de la familia”.
Encomendamos a María «Reina de la familia» a todas las familias del mundo, especialmente a las que están extenuadas por el sufrimiento o las dificultades, e invocamos sobre ellas la protección divina.