Más de dos mil jóvenes se congregaron en el Colegio Salesiano de Breña para vivir la Jornada Arquidiocesana de la Juventud. Música en vivo, momentos de reflexión, debates, plenarios y una Eucaristía presidida por nuestro arzobispo Carlos Castillo, quien afirmó que «los jóvenes nos evangelizan» con el testimonio de sus vidas. ¡Así se vivió la JAJ 2022!
«¡Esta es la juventud de Lima!», es el grito que coreaban miles de jóvenes en la mañana del sábado 24 de septiembre, día central de todo un mes dedicado a la juventud. La Pastoral Juvenil de nuestra Arquidiócesis, bajo el acompañamiento de su asesor, el Padre Víctor Chávez, asumió la organización de este evento que convocó a jóvenes de diferentes sectores: parroquias de Lima, comunidad universitaria, escolares y jóvenes en general. Todos reunidos bajo el lema: «Levántate, te hago testigo de lo que has visto».
La gran jornada de la juventud inició con un momento de acogida y animación gracias al apoyo de cientos de jóvenes voluntarios. Posteriormente, los coordinadores juveniles de cada decanato llevaron en procesión la cruz de la Pastoral Juvenil y las claves pastorales.
El día continuó con una catequesis juvenil y un trabajo en equipos divididos en colores. Los jóvenes discutieron y presentaron sus aportes en grupos, luego eligieron a un representante de cada equipo para intervenir en el momento del plenario.
La Eucaristía, celebrada con toda la comunidad juvenil, sacerdotes y seminaristas, fue presidida por Monseñor Carlos Castillo. En su homilía, el prelado escuchó las intervenciones de los jóvenes que lideraban cada equipo.
«Con la ayuda de Jesús Palabra, los jóvenes hemos podido levantarnos».
Durante el plenario, los jóvenes manifestaron haber «sufrido diferentes caídas» por la crisis que ha generado la Pandemia (enfermedad, depresión, soledad, falta de trabajo), «pero con la ayuda del Señor, con la ayuda de Jesús Palabra, los jóvenes hemos podido levantarnos».
En otro momento, la comunidad juvenil expresó la dificultad que atraviesan muchos jóvenes al no recibir el apoyo de la sociedad y en sus propios hogares, especialmente, al momento de buscar oportunidades laborales: «Sentimos que hay falta de afecto y atención, pero el tener fe en Dios nos da la fortaleza para continuar este camino con esperanza».
Dios actúa en los jóvenes de forma indirecta, mediante personas y situaciones cotidianas, desde toda acción solidaria que nace de forma desinteresada.
PLENARIO DE LOS JÓVENES EN LA JAJ 2022.
Los jóvenes han hablado de la importancia de construir una Iglesia sinodal, «aprendiendo a escuchar a todos y respetar la opinión de todos». Ellos reiteraron que debe haber mayores iniciativas en la Iglesia y en la sociedad que promuevan el bien común. «Los jóvenes no debemos tener miedo a los desafíos de la vida, debemos afrontarlos y aprender de ellos, porque tenemos un Dios infinito que nos ama», comentaron.
El espíritu de fuerza y esperanza de los jóvenes, puede impulsar el gran cambio en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad. ¡Pero necesitamos el compromiso de todos!
PLENARIO DE LOS JÓVENES EN LA JAJ 2022.
Arzobispo de Lima: «Los jóvenes nos evangelizan».
En su homilía, Monseñor Castillo expresó que el testimonio y las vivencias de los jóvenes «nos evangelizan», porque así es la vida de la Iglesia: experiencia de amor gratuito inspirada en la entrega del Señor, que no se bajó de la cruz. «En Dios no hay revanchismo, no hay venganza, solo hay amor y nada más que amor. Jesús vino para que conozcamos al verdadero Dios, que no se amarga, sino que nos acompaña en el sufrimiento y en nuestras caídas», indicó.
El arzobispo de Lima recordó a los jóvenes que el «contacto directo con la Palabra es fundamental», porque es «la narración que nos dejó la Iglesia para escuchar el consejo del Señor de vida a vida».
Siempre encontraremos, en la Palabra del Señor, el mensaje: «Joven, a ti te digo ¡Levántate». El Señor nos da su ánimo para recordarnos que está con los jóvenes, los acompaña.
El obispo de Lima afirmó que es importante levantarse de las dificultades porque «los jóvenes están llamados a crecer y aportar en este mundo con todo lo que son y con todo lo que valen. Los comentarios que ustedes han reflexionado nos hacen ver que la nueva juventud limeña es sumamente inteligente, profunda y creyente.», resaltó.
Servidores y testigos de una Iglesia en salida.
Monseñor Carlos hizo un llamado a asumir la confianza que el Señor tiene en los jóvenes para «abrir nuevas puertas, nuevos caminos», porque «nuestro pueblo está sufriendo mucho» después de la Pandemia. «El joven, dejándose llevar por el Espíritu del Señor, se siente animado, alentado y puede ser una luz para Lima», reflexionó.
Cuando el Señor nos interroga, nos hace que despertemos, que busquemos una buena dirección. El Señor llama al joven para que pueda discernir su camino de vida.
Recordando la conversión de Pablo, el arzobispo Castillo explicó que el «Señor entra en nosotros por un flechazo, un enamoramiento que se empalma con lo que somos, porque reconoce nuestro valor y nos ama sin medida». Ese enamoramiento, sostuvo el prelado, nos inspira a salir a buscar al Señor en las diferentes situaciones de la vida, siendo servidores y testigos, compartiendo esa experiencia vivida con los demás, especialmente con aquellos jóvenes donde la Iglesia no ha podido llegar.
El país y nuestra Iglesia necesita de los jóvenes, para que el futuro esté en manos de la vida y de la esperanza, no de la muerte.
Al término de la Eucaristía, tuvo lugar un concierto musical de clausura. Los coordinadores de la Pastoral Juvenil, Izumy Kanashiro y Ángel Gómez, anunciaron que todas las conclusiones de la Jornada Arquidiocesana de la Juventud, se recopilarán en un documento final que recoja el aporte de todos los jóvenes.