Jesús es el Rey "invisible" y humilde que está en el corazón de los últimos

¡Viva Cristo Rey! ¡Y vivan los jóvenes! La juventud de nuestra Arquidiócesis se hizo presente en la Basílica Catedral de Lima con su entusiasmo, sus cánticos y su alegría. En la homilía, Monseñor Carlos Castillo hizo un llamado a escuchar las iniciativas de los jóvenes, a conversar sinodalmente y reconocer al Dios «invisible» que actúa en lo visible, es decir, en los últimos de la Tierra, «en aquellas personas que nosotros hacemos invisibles porque no queremos ver la realidad».

«Que el Señor Crucificado, el “insignificante” de Galilea que murió en Jerusalén crucificado, sea para todos, motivo de colocarnos en el lugar de los insignificantes, de los que no cuentan, para darles fuerza, ánimo y esperanza», expresó el prelado en su reflexión dominical.

Leer transcripción de homilía de Monseñor Castillo.

Meditando sobre la Liturgia de hoy, el arzobispo de Lima ha recordardo que Jesucristo es Rey, pero un «rey» opuesto a la concepción humana de los reyes poderosos, porque «no está en su trono ni manda como si fuera un dictador que agrede a la gente, lleno de joyas y de perfumes». Jesús es un Rey humilde y sencillo que «reina porque está en el corazón de los últimos de la Tierra», precisó.

En ese sentido, Monseñor Carlos habló sobre la importancia de dirigir nuestra mirada y atención al que está en el último lugar y se identifica con la gente. «Eso es lo que necesita ser la Iglesia, “hueso de los huesos” de la gente, de los pobres, de los humildes; “carne de la carne” de los jóvenes, que tienen sus problemas y que necesitan de un Mesías que realmente los dirija, que conozca la vida de la gente, sus trajines y problemas», indicó.

Jesús es imagen del Dios «invisible» que actúa en lo visible.

En otro momento, el prelado profundizó en el significado de la expresión: Cristo es la imagen de Dios invisible, que se lee en la Segunda Lectura (Col 1, 12-20).

Esta es una frase que nos ayuda a comprender que el Mesías se coloca en el lugar de los invisibles, es decir, es «invisible» porque se identifica con aquellos que nadie se da cuenta, de aquellas personas que nosotros hacemos invisibles porque no queremos ver la realidad. «Eso es uno de los problemas más serios en la Iglesia: haber invisibilizado a Jesús, pero como Él es imagen del Dios “invisible” que actúa en lo visible, entonces, tenemos que tratar de detectarlo, de comprenderlo y de descubrirlo», explicó el arzobispo.

Inspirar y ayudar a fortalecer las iniciativas de los jóvenes.

El obispo de Lima se ha dirigido a las comunidades de jóvenes para reconocer y valorar el aporte de sus ideas en la última Jornada Arquidiocesana de la Juventud (JAJ), vivida en septiembre de este año. El prelado aseguró que, en muchos momentos de la historia, los jóvenes han sido despreciados y colocados como «carne de cañón», pero el Señor los alienta y los inspira a levantarse en medio de las adversidades. «Estamos llamados a tener atención, sobre todo, a las iniciativas que ya los jóvenes están tomando hoy día», reiteró.

Esta Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que viene, es para levantarnos y correr deprisa, sin demora, para actuar en favor de los más necesitados. Y tenemos que ver la manera de inspirar y ayudar a fortalecer las iniciativas que los jóvenes están tomando.

El Primado del Perú afirmó que, para solucionar los problemas, es necesario promover el consenso y la escucha de todos: «Los problemas se solucionan desde abajo y, poco a poco, se va organizando para que se solucionen desde arriba. No estamos para dar órdenes, estamos para compartir el camino juntos y hacer pasos definitivos que ayuden a que la Iglesia descanse en sus laicos jóvenes, en los laicos y laicas de toda la Arquidiócesis», reflexionó.

Carta del Arzobispo a las y los jóvenes de Lima.

Monseñor Castillo también anunció la difusión de una «Carta a las y los jóvenes de Lima», la primera de una serie de publicaciones en donde se abordarán diversos temas de la Pastoral Juvenil. El prelado adelantó que se trabajará en una amplia asamblea general de todos los grupos juveniles de la Iglesia de Lima para que, juntos, «decidamos la organización nueva que vamos a tener en adelante».

Descargar la «Carta a las y los jóvenes de Lima»