Durante el llamado urgente a la solidaridad, liderado por Cáritas Lima, más de 70 parroquias de nuestra Arquidiócesis se sumaron a la convocatoria para reunir víveres y donativos en favor de nuestros hermanos damnificados por las lluvias y huaicos. Este esfuerzo humano no solo representó un desafío logístico para convertir las parroquias en centros de acopio, también nos recuerda que la Iglesia se moviliza y es promotora de una gran red de solidaridad y hermanamiento.
«Frente a la gravedad de los problemas que afligen a las familias y personas más vulnerables, la labor de Cáritas nos recuerda que la indiferencia o el individualismo no son el camino. Nos dice que nos necesitamos todos y nos debemos ayudar los unos a los otros», ha expresado Monseñor Carlos Castillo, en relación a toda la ayuda humanitaria desplegada por nuestra Cáritas limeña, con el principal apoyo de la sociedad civil, el sector privado y las parroquias de nuestra jurisdicción eclesiástica.
A la fecha, ya son más de 144 toneladas de víveres, kits de aseo y frazadas para más de 12 mil personas en nuestro país. Esto no hubiese sido posible sin la participación activa de nuestros sacerdotes, agentes pastorales, jóvenes voluntarios y familias enteras que, semana a semana, contribuyeron con sus donaciones de manera desinteresada.
Según el primer reporte de Cáritas Lima, cerca de 80 comunidades religiosas, entre parroquias, colegios y congregaciones, acudieron al Arzobispado de Lima para entregar sus generosos donativos. «Esta red de hermanamiento se convirtió en un solo cuerpo que, conformado por distintos miembros, cada uno y sus distintos dones, son la base de nuestra labor solidaria», manifesta Cáritas.
Más de 140 toneladas de ayuda humanitaria.
Con el apoyo de Cáritas Carabayllo y Cáritas Chosica, nuestra Cáritas Lima logró repartir 9.4 Tn y 9.2 Tn de ayuda, respectivamente, y dentro de nuestra jurisdicción, se canalizaron 25 Tn, llegando a los lugares más afectados de la región, como Puente Piedra, Chaclacayo, Cieneguilla, San Juan de Lurigancho, Chosica, Ate, Santa Eulalia y Santa Rosa de Quives, donde las inundaciones, la crecida de los ríos y la activación de quebradas significaron terribles pérdidas para nuestros hermanos.
Asimismo, gracias al trabajo conjunto con Cáritas del Perú, se pudo responder a las necesidades de nuestros hermanos de La Perla, Huaral, los cuales fueron afectados por un deslizamiento de tierra en el mes de abril, enviando 951 kg de ropa de segundo uso, la cual acompañó las 5 Tn de ayuda humanitaria que entregó la Cáritas hermana.
Por otro lado, gracias al trabajo articulado con Cáritas Chiclayo, Cáritas Trujillo y Cáritas Chulucanas, se alcanzó llevar más de 83 toneladas de donativos al norte del país. Estas donaciones fueron entregadas por el equipo de Cáritas Lima en los centros poblados y caseríos de Oyotún, Callanca, Cayaltí, Mórrope e Íllimo, en la región de Lambayeque; San Pedro de Lloc y Moche, en La Libertad; y Morropón y Huancabamba en Piura.