Unidos a nuestra Vicaría de la Pastoral Social y de la Dignidad Humana, Cáritas Lima, vivimos la VIII edición de la Jornada Mundial de los Pobres junto a más de 250 personas en situación de vulnerabilidad, congregadas en el colegio Juan Pablo II, en Chorrillos. También participaron otras organizaciones públicas, equipos de voluntario y comunidades universitarias.
La celebración por la Jornada Mundial de los Pobres comenzó con una Eucaristía comunitaria oficiada por el Padre Juan Goicochea, Vicario Episcopal de la Pastoral Arquidiocesana: “Estamos aquí congregados diferentes realidades, diferentes instituciones y comunidades parroquiales porque Dios quiere que estemos unidos. Él entregó su vida por la unidad y nos pidió que nos queramos mucho por encima de nuestras diferencias y que nos respetemos”, expresó en su homilía.
En otro momento, sostuvo que todos somos creación de Dios y cada vida tiene un valor importante en este mundo: «El Señor nos creó a cada uno de nosotros con mucho amor, se tomó el tiempo para diseñarnos, para pensarnos y darnos un nombre que está tatuado en la palma de Dios. Esa dignidad no nos la puede robar nadie”, agregó.
En el día en que también se celebró la Solemnidad de Cristo Rey, el Padre Goicochea recordó que todos estamos llamados a ser servidores, especialmente, de aquellos que más sufren y nos necesitan. «Jesucristo, Rey del Universo, nos ha expresado el gran amor infinito que Dios tiene por la humanidad, haciéndose uno entre nosotros. Que esta celebración sea un momento clave para apostar por el cuidado y la protección de nuestros hermanos más débiles y vulnerables», señaló.
Al término de la Eucaristía, se ofrecieron distintos programas de asistencia de salud, acompañamiento psicológico y talleres de nutrición. Por su parte, nuestros adultos mayores recibieron orientación sobre el programa pensión 65.
El tradicional almuerzo con los pobres estuvo acompañado de un evento musical a cargo del coro del Real Club de Lima. También se entregaron kits de ropa. Esta iniciativa fue posible gracias a la colaboración de distintos aliados estratégicos como EsSalud, SAMU, Pensión 65, voluntarios de la PUCP, voluntarios de salud, y las comunidades parroquiales de Cristo Misionero del Padre y Magdalena Sofía Barat.