En la Fiesta del Qoyllur Riti, celebrada en Catedral de Lima con más de 30 imágenes sagradas de hermandades quechuahablantes, el padre Arturo Alcos expresó que el Señor «no es ajeno a la realidad de nuestro pueblo sufriente», sino que siempre acompaña a la humanidad para alentarla y compartir su Cuerpo y Sangre como alimento espiritual que nos inspira a «caminar juntos, construir comunidad y no perder la esperanza».

Una emotiva Eucaristía se vivió este fin de semana en la Basílica Catedral de Lima. Hasta aquí llegaron las imágenes del Señor de Qoyllurit´i, la Virgen Inmaculada Concepción de Ninabamba, el Señor de Huanca, el Señor de Pampakcucho, el Señor de los Temblores, la Virgen Asunta, la Virgen del Rosario, el Patrón San Sebastián del Cusco, el Patrón San Jerónimo, entre otros.
La misa, oficiada en quechua por el padre Arturo Alcos, recogió las principales tradiciones de las comunidades quechuahablantes que, con su música, sus danzas y su gran devoción, «nos permiten celebrar la presencia viva y real de Jesús, que es nuestro alimento espiritual y vino para acompañar a la humanidad».
Jesús es nuestro alimento espiritual para nuestra lucha, dificultades y para crecer en la fe. Ese pan que recibimos no solo es para la misa, es para toda la vida, para el trabajo, para la comunidad y para el encuentro con los demás.
PADRE ARTURO ALCOS
Dirigiéndose a las hermandades quechuahablantes, Arturo Alcos recordó que el Señor «no es un Dios lejano ni escondido, camina con su pueblo, en medio del trabajo, del cansancio y del esfuerzo de cada día».
«El Señor nos dice hoy: ‘No estás solo, no estás perdido, no dejes de amar y servir’. Él es el Pan bendito que nos alimenta y hace que nuestra fe siga viva, como sigue viva en sus hijos, en las danzas de las hermandades, en el espíritu de nuestras comunidades», reflexionó el sacerdote.
Nuestro amado Señor de Qoyllur Riti camina con su pueblo. Reciban el abrazo de esta catedral y de toda nuestra Iglesia de Lima.