En la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Cardenal Carlos Castillo hizo un llamado a seguir las actitudes de Pedro, que reconoce sus límites y pecados para dejarse inspirar por el amor del Señor.
Siguiendo el ejemplo de liderazgo de nuestro Papa León XIV, el Primado del Perú exhortó a vivir un cristianismo con sencillez y apertura, capaz de renunciar a los intereses personales y al apetito voraz del poder a costa del sufrimiento de la gente.
La Fiesta de San Pedro y San Pablo congregó en la Basílica Catedral de Lima a los miembros del cuerpo diplomático, autoridades civiles, políticas, académicas y militares; todos reunidos para orar por el Santo Padre, el Papa León XIV.
En su alocución al Evangelio de hoy (Mateo 16,13-19), el arzobispo de Lima afirmó que la piedra sobre la que Dios funda su Iglesia recae en un hombre pecador que aceptó sus límites. En el fondo, todos los cristianos estamos llamados a ser así: «Aprender a hacer caso a la voluntad de Dios, que nos ama y guía nuestra vida por medio del Espíritu. Tenemos la misión de ser testigos del Señor, transparentarlo y comunicar el Evangelio», señaló.

Aunque, en un principio, Pedro y Pablo tardaron en comprender el fundamento de la fe cristiana, tenían algo muy importante: la docilidad y obediencia. En el caso de Pedro, aprendió a renunciar a sus «locas ilusiones» y a la idea de ver a Jesús como un «superhombre». El momento de la negación supuso una crisis profunda que le permitió reconocer su pecado y, a partir de allí, empezar a dejarse llevar por el amor del Señor.
La humildad, la sencillez, la apertura a hacer lo que el Señor nos manda, es lo que constituye la fuerza de la “piedra” sobre la cual estamos todos construidos como Iglesia.
Frente a la actitud sincera de Pedro, el Cardenal Castillo invitó a que interioricemos las siguientes preguntas: ¿Somos capaces de renunciar a nuestro apetito de ambición y poder? ¿Estamos priorizando el bien de todos que nos inspira el Espíritu Santo a realizar? ¿Reajustamos nuestros propios intereses e ideales a aquel interés que tiene Dios por salvar a la humanidad? El interés de mi grupo religioso, el interés de mi grupo político, el interés de mi grupo de amigos diplomáticos, ¿está en sintonía con la exigencia y necesidad de la gente?
Si queremos verdadera salvación del mundo necesitamos retroceder ante los intereses particulares y reconocer el bien de todos.
En otro momento, el obispo de Lima recordó la «bella experiencia del Cónclave que eligió al Papa León XIV», una elección en donde «se sintió la presencia del Espíritu» a partir de una «intuición profunda de fe y amor a la Iglesia». Y explicó:
«Estábamos eligiendo a aquel que debe guiar el destino de la Iglesia durante el próximo tiempo, en una situación gravísima que vive la humanidad, al borde de una guerra mundial. Por esa razón, inspirados en un ambiente de oración y paz, la figura de Robert Prevost empezó a crecer sin que él lo haya buscado», comentó emocionado.
El Cardenal Castillo sostuvo que el paso del Papa León XIV por Chulucanas, Chiclayo, Trujillo y El Callao, es el reflejo de la fe viva de un fiel servidor que, sin ninguna pretensión mayor, acepta por vocación el llamado del Señor.
El testimonio de Robert Prevost es un gran ejemplo para los líderes de este mundo, en donde todos están buscando cómo se imponen y cómo pueden hacer posible que su voluntad se dé