El pasado 01 de febrero la voz de los jóvenes se hizo escuchar. Más de 200 delegados se reunieron desde muy temprano en el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo para participar del encuentro post-sinodal convocado por el Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, y proponer nuevas iniciativas para la Pastoral Juvenil en las parroquias de toda Lima.
Los más de 200 jóvenes coincidieron en la necesidad de continuar promoviendo espacios de intercambio y diálogo para ahondar en las principales necesidades que se vive en la Pastoral Juvenil y cómo responder ante los desafíos de nuestra sociedad. Para ello, los comités de debate reflexionaron a partir de dos preguntas elementales:
- ¿Qué opinión tenemos de la Pastoral Juvenil de nuestra parroquia, del decanato y la Diócesis?
- ¿Cómo soñamos la pastoral juvenil de nuestra diócesis de Lima?
«Soñamos una Pastoral Juvenil más unida y en comunión – expresó uno de los delegados juveniles – que se integre entre los grupos de diferentes carismas, y también que haya mayor seguimiento y acompañamiento espiritual, perseverancia en la formación humana y cristiana porque obviamente somos humanos e intentamos que también los jóvenes, que todavía no están tan cerca, tengan a Dios en su propia humanidad».
«La Iglesia ha estado un tanto dormida respecto a sus potenciales – recalcó otro de los coordinadores juveniles – necesitamos ver el potencial que realmente tenemos como jóvenes, ver que nos podemos movilizar. Es por eso que tenemos que continuar con los ejercicios sinodales que nos permiten reunirnos y escucharnos, para que aquellas cosas que hacemos bien puedan imitarse, extrapolarse, y ver cuáles necesitamos corregir para llegar juntos al mismo objetivo».
Unidos para «reiventar» la Iglesia desde la experiencia de los jóvenes
Después de reunirse en grupos, los jóvenes designaron un(a) coordinador(a) para exponer sus propuestas y expresar las necesidades que se viven dentro de cada parroquia y decanato. Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, también participó del plenario y escuchó la voz de todos los jóvenes líderes.
«Muchas gracias por estos aportes tan grandes, me parece que han sido muy enriquecedores porque ustedes han penetrado desde su experiencia, dando su opinión y revelando el sueño de lo que podría ser la vida con los jóvenes en la arquidiócesis», comentó Monseñor Castillo.
«El Papa Francisco lo dice también en el Christus Vivit – ‘La Iglesia está para rehacerse con los nuevos sujetos humanos que vienen a nuestro encuentro’ – dice el Santo Padre, y a veces inclusive, si no vienen a nuestro encuentro tenemos que ir a donde ellos, ponernos en su situación y reconstruir la Iglesia con ellos», agregó.
Y refiriéndose a la Pastoral Juvenil de Lima añadió: «Nuestra Pastoral Juvenil tiene que saber abrirse, ser dinámica, estar en permanente escucha, algo que ustedes han dicho y me parece muy importante, y que presupone que nosotros estemos disponibles a reinventar la Iglesia».
Tenemos que entrar en un mundo muy diversificado. Si nosotros no aceptamos la interpelación de esos nuevos mundos de los jóvenes para juntos reinventar la Iglesia, entonces sólo estamos haciendo proselitismo y la Iglesia se encierra en sí misma
«Cuando ustedes han dicho mayor formación humana, no están diciendo solamente que les den charlas sobre humanismo, están diciendo que la vida que entregamos en la Iglesia humanice, ayude a conversar sobre nuestros problemas, a crecer humanamente en las cosas que necesitamos», precisó.
Al término de este encuentro post-sinodal, la Comisión de la Pastoral de la Juventud adelantó que se realizarán nuevas reuniones con los coordinadores elegidos por los delegados juveniles de las parroquias de la arquidiócesis.