Más de 500 personas de la comunidad educativa de la Asociación de Instituciones Educativas Católicas (AIEC), entre directores, docentes, alumnos y párrocos de colegios parroquiales, acudieron a la Catedral de Lima para participar de la Misa de Envío por el inicio del Año Académico 2024 oficiada por nuestro obispo auxiliar de Lima, Monseñor Juan José Salaverry.
«Que en este nuevo año lectivo, el Señor haga crecer nuestra fe para que podamos servir a Dios y a la humanidad con un solo corazón y una sola alma, orientados hacia Él, que es nuestra esperanza», manifestó.
Al inicio de su homilía, Monseñor Salaverry afirmó que empezar el año lectivo siempre es un gran desafío para toda institución educativa, pero con «la luz de la gracia que nos viene de Dios» podemos afrontar esta misión. «En el horizonte del 2024, sabemos que hay elementos que fortalecen nuestra vida, nuestra fuerza para poder asumir con ilusión esos desafíos que nos harán crecer», expresó.
En esa misma línea, el obispo auxiliar de Lima señaló que la Cuaresma es un tiempo de conversión y gracia que nos invita a «voltear el rostro para mirar mejor al Señor». Esta también debe ser la actitud con la cual empezamos las actividades académicas en AIEC, siendo conscientes de nuestros errores y limitaciones, pero con la disposición a dejarnos transformar por el Señor, «que nos regala su misericordia para rehacernos y regenerarnos».
Empezamos este año año lectivo 2024 con la esperanza de que el Señor nos haga un colectivo nuevo, y nos haga nuevos con su misericordia y su gracia.
Monseñor Juan José Salaverry indicó que la participación de docentes y autoridades representa a todas las familias educativas de los colegios de la AIEC. Y cada miembro de una institución cumple una tarea que va más allá de los fines educativos y pedagógicos: «Ustedes tienen una misión re-humanizadora, porque queremos que la humanidad se realce, y por eso ponemos todo de nuestra parte para que esta humanidad asuma su condición de humanidad nueva».
Venimos aquí para decirle al Señor, que ve nuestro corazón, que nos haga nuevos y nos ayude a asumir la misión de este año como hombres y mujeres nuevos, como instrumentos nuevos de la gracia.
Comentando el Evangelio de Lucas (6, 36-38), Monseñor Salaverry recordó las palabras de Jesús a sus discípulos: «Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados».
Sobre ello, explicó que estas tareas se aplican a la labor educativa de los docentes y directores de colegios: «Todo se construye desde la misercordia porque hemos recibido gratuitamente la vocación docente. Seamos misercordiosos y compasivos para acompañar el camino del Otro, de nuestros alumnos y familias».
El Señor también nos llama a no juzgar ni condenar. Tenemos que ser objetivos y claros en nuestros juicios para no guiarnos por las subjetividades. «No juzguen vanamente, no condenemos al Otro porque no tenemos potestad de condenar a nadie. La tarea educativa no es condenar, la misión de la Iglesia es buscar la salvación de la persona», precisó.
Finalmente, seamos generosos. «Cada uno en nuestro oficio podemos empezar un signo de generosidad ofreciendo nuestro tiempo, nuestro trabajo, nuestra tolerancia y comprensión».
Confiamos en Dios la tarea de los maestros y directores de los colegios de AIEC, y la ponemos en las manos de Dios para que, con sus manos generosas y misericordiosas, la sostenga durante este año.
La Misa de Envío por el Año Académico 2024 contó con la participación de directores, maestros y representantes de las siguientes instituciones educativas: Colegio Nuestra Señora de Montserrat, Colegio Reina de las Américas, Colegio Nuestra Señora de Cocharcas, Colegio Virgen del Rosario, Colegio San Francisco Javier y el Colegio San Ignacio de Loyola.
También acudieron las autoridades y alumnos del Colegio Apóstol San Pedro, Colegio San Juan María Vianney, Colegio Santa Rosa de Lima, Colegio San Norberto, Colegio San Ricardo, Colegio Santísimo Nombre de Jesús y el Colegio Santiago Apóstol.