El Viernes Santo, luego de la Celebración de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, cientos de laicos se congregaron en los exteriores del Balcón del Palacio Arzobispal, para recibir junto a monseñor Guillermo Cornejo, obispo auxiliar de Lima, a las sagradas imágenes del Cristo del Descendimiento y Nuestra Señora de la Soledad.
En comunidad, todos los presentes oraron, pidiéndole a Cristo y bajo la intercesión de nuestra Santa Madre, por el don de la vida. Asimismo, los hermanos de la Cofradía de la Soledad fueron los responsables de la oración, quienes, llegaron con pancartas alusivas al tema y banderas blancas en señal de paz.
Por su parte, Monseñor Guillermo Cornejo a inicio del acto religioso, señaló que en este Viernes Santo es necesario que sigamos profundizando en el misterio de amor, que se entrega por nosotros: “Estamos aquí para vivir nuestra fe, acompañando a nuestras imágenes y también por vivir nuestra fe en estas procesiones. También nos hemos acercado aquí, a la Catedral, para vivir nuestra Semana Santa. Que esta Semana Santa y, en especial, este Viernes Santo, nos pongamos en una actitud muy profunda, en una actitud muy espiritual.
Por otro lado, nuestro obispo auxiliar nos invitó a comprometernos y disponer nuestras vidas a Jesús: “En este día hemos escuchado la pasión de nuestro Señor Jesucristo, momentos de mucho dolor, momentos muy fuertes, pero también, dentro de ello, Jesús nos comparte su vida y nos demuestra que todo lo que ha hecho, es estar muy comprometido con la humanidad y dar su vida por amor”.
Finalmente, monseñor Cornejo llamó a la reflexión en esta Semana Santa a que todos nos comprometamos de corazón con Jesús y permitirle sea el centro de nuestras vidas: “Vamos a comprometernos con nuestro Señor Jesucristo, que es el pan que ha bajado del cielo, que realmente nos comprometamos de corazón, que Jesús sea el centro auténtico de toda nuestra vida cristiana, y que nosotros a partir de esta Semana Santa, de estos momentos difíciles sintamos un momento de convertirnos, de ponernos en las manos del Señor y de comenzar una nueva vida con Dios”.
Al término de la oración, Monseñor Guillermo Cornejo, incensó al Cristo del Descendimiento y Nuestra Señora de la Soledad y entregó una ofrenda floral a nombre del Arzobispado de Lima. Posteriormente, ambas imágenes retornaron en procesión al Santuario de Nuestra Señora de la Soledad. De igual manera, la cofradía encargada, brindó una ofrenda con útiles escolares en favor de los hermanos de nuestras periferias.