Vigilia Pascual: Entrar al sepulcro de nuestros problemas para encontrar al Señor

El arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, aseguró en la noche de la Vigilia Pascual, que todos estamos llamados a «entrar al sepulcro» de nuestros problemas para encontrar al Señor que quiere resucitar en nuestros corazones: «Volvamos al primer amor que viene de parte de Dios, para que empecemos un camino vocacional, generando familia, generando una vida de laico o una vida de sacerdote, pero en donde siempre está el Señor, diciéndonos: “Alégrate, no temas, estoy contigo siempre”

«Con la Resurrección, Jesús ha querido comunicarnos que su amor nos reengendra, nos permite volver a nacer. Él nos ha reengendrado con una esperanza viva, no una esperanza muerta», reiteró el prelado en su homilía.

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Con la Resurrección de Jesús «empieza otro camino, el camino de la Iglesia», un camino donde tenemos que aprender a dejarnos acompañar por Él y saber «identificarlo en el ser humano más débil y despojado» porque «todos somos importantes para el Señor y tenemos que remitirnos a esa fragilidad para ser solidarios». 

Comentando el Evangelio de Mateo (28, 1-10), Monseñor Castillo aseguró que, al igual que María Magdalena y la otra María, tenemos que atrevernos a «entrar al sepulcro» de nuestros problemas «porque es allí que el Señor se depositó para resurgir y hacernos a nosotros reengendrar y regenerar nuestras vidas».

Debemos atravernos a mirar en el corazón de lo que sufrimos, a mirar nuestras heridas, nuestros pecados, nuestras alegrías y penas, para comprender lo que vivimos y apreciar cómo está presente allí, en medio de todo, el Señor que siempre nos perdona y nunca nos abandona.

El arzobispo de Lima destacó la capacidad de las mujeres en el sepulcro para involucarse a fondo en el acontecimiento que ocurría. «Solo cuando uno se atreve a meterse y entender qué problema tengo, dónde estoy, en qué país estamos, qué problemas hay, cómo están las cosas, dónde están las dificultades, podemos hallar alguna sorpresa interesante. Las mujeres nos enseñan ese camino, afrontar, no evadir, no escaparse, afrontar la realidad», remarcó.

No temamos afrontar, ver cara a cara dónde están los problemas. No hay que temer “entrar al sepulcro” a buscar a Jesús, Tenemos que ir al sitio donde está el Señor para escuchar su Palabra, ir a su encuentro y salir después en misión para afrontar el mundo difícil.

Las mujeres, narra el Evangelio, tienen una actitud de obediencia: se marcharon a prisa del sepulcro. «Estaban asustadas y, a la vez, llenas de alegría; lo propio cuando uno tiene que enfrentar una realidad difícil y, simultáneamente, empieza a darse cuenta de que hay cosas interesantes que pueden solucionarse», manifestó el prelado.

Anunciar la alegría de la Resurrección no es anunciar una alegría hueca. Anunciar la Resurrección es vivir hondamente el drama del Señor en su muerte, dejar escuchar en nuestro oído su Palabra y obedecerlo para poder encontrarlo.

“Él se ha levantado de entre los muertos y va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán”, dice el Evangelio. ¿Por qué Galilea? El Papa Francisco nos recordó que este gesto (ir a Galilea) es una profunda interpelación del Señor a pensar siempre en las zonas periféricas y marginales, allí donde Jesús comenzó su caminó y escogió a sus discípulos. De igual manera, estamos llamados a «identificarnos con todo lo que Dios nos dio desde nuestras «galileas». No podemos olvidar de que todos tenemos un origen humilde, para no olvidar jamás a los humildes, a los pequeños, y pensar siempre y organizar nuestras vidas ayudando, compartiendo y haciendo posible la vida de los que están en el margen», señaló Monseñor Carlos.

El Señor nos pide que volvamos, todos, a recordar nuestros inicios. Luego, actualizarlo en la nueva situación que estamos viviendo para que renovemos la primera alegría y sigamos caminando en nuevas situaciones, siempre con el recuerdo del primero, renovado y restablecido.