Cada 12 de junio se celebra el “Día Mundial contra el Trabajo Infantil”, fecha instituida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a fin de generar conciencia en la sociedad sobre la necesidad de abordar el trabajo infantil como un problema social que vulnera los derechos de millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo.
A fin de reflexionar juntos sobre esta realidad social, la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima conversó con el Padre Carlos Valderrama Aronés, conocido por su arduo trabajo pastoral con las familias más pobres del Rímac.
El Padre Valderrama, Párroco de la comunidad de San Lázaro, nos comenta que, en el corazón del Rímac, se ve mucha explotación hacia menores de 14 años, principalmente porque son los mismos padres quienes ejercen esa presión: «les hacen pedir limosna en las calles durante largas horas, eso es triste. No solamente porque tienen que trabajar, sino que han dejado de estudiar», indicó.
Para Valderrama, el hogar disfuncional y la pésima calidad educativa, son algunas de las causas que conllevan al trabajo forzado infantil: «también está el pésimo estado de salud y la mala alimentación, factores que ponen en riesgo a nuestros niños, haciéndolos dejar de soñar y que opten por dedicarse incluso a la delincuencia. Por eso, necesitamos el trabajo articulado entre instituciones del gobierno, la Iglesia católica y las ONGs para erradicar el trabajo infantil, de lo contrario, no lo vamos a lograr», señaló.
Desde su experiencia vivencial, el párroco propone tres estrategias para combatir el trabajo infantil: la reducción drástica de la pobreza por parte del aparato estatal desde una vocación para transformar la sociedad en algo superior; el acceso a una educación de calidad; y mejores oportunidades laborales para padres y madres.
Pobreza en el Perú aumentó hasta en un 30%.
Definitivamente uno de los problemas más apremiantes es la pobreza en nuestro país. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), hay alrededor de 10 millones de pobres en el Perú, lo que representa un incremento del 10% desde que inició la Pandemia.
Desde la fe, el Padre Valderrama afirma que, como creyentes, debemos sentirnos interpelados por esta realidad para hacer de este mundo uno mejor de lo que encontramos. Es por eso que la Parroquia San Lázaro viene participando en reuniones comunitarias y virtuales con la UGEL de su jurisdicción para apoyar a aquellos niños que carecen de equipos tecnológicos o deben salir a buscar el sustento diario para sus familias:
«El próximo proyecto por emprender en la comunidad parroquial del Rímac es brindar apoyo técnico como el acceso a Internet y la disposición de computadoras para aquellos niños que no cuenten con alguno de ellos. Y así puedan realizar sus tareas y no dejen de estudiar», explicó el Párroco de San Lázaro.
El creyente, el cristiano, debe hacerse discípulo de Jesús, seguir a Jesús en su camino de tocar vidas para transformarlas. La Iglesia debe seguir construyendo el Reino de Dios en medio de los pobres y con los pobres.
Datos estadísticos sobre el Trabajo Infantil.
Según UNICEF, la cantidad de niños que trabajan se eleva actualmente a 160 millones en todo el mundo, tras un aumento de 8,4 millones en los últimos cuatro años. En la actualidad, varios millones de niños se encuentran en situación de riesgo debido a los efectos de la COVID-19. De igual manera, según las últimas estimaciones de la OIT, más de siete millones de niños se dedican al trabajo doméstico, el cual se encuentra entre los más explotados y maltratados a causa de la discriminación, la exclusión de las leyes laborales, el aislamiento, y su naturaleza oculta.
A nivel nacional, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), sólo en el año 2015 había alrededor de dos millones de menores ocupados en actividades económicas.