La Comunidad de Sant’Egidio, luego de dos años de pandemia, volvió a realizar su tradicional almuerzo de Navidad, donde los invitados especiales fueron adultos mayores en situación de abandono y de calle y familias de extrema pobreza de nuestra ciudad.
El evento solidario se llevó a cabo el pasado 25 de diciembre, acogiendo a un promedio de 300 personas en la Iglesia de San Lázaro en el distrito del Rímac, que se convirtió en el Belén, lugar de acogida, para celebrar en comunión el Nacimiento de Jesús.
La actividad dio inició con la Celebración Eucarística, presidida por el párroco de San Lázaro, P. Frederic Comalat, quien destacó la importancia de compartir, especialmente, con quienes más necesitan de nosotros. Asimismo, refirió que es importante abrir nuestro corazón a Jesús para que reine en él y así, seamos mensajeros de su palabra.
Posteriormente, al término de la misa, más de 30 voluntarios, entre jóvenes y adultos, se movilizaron inmediatamente para decorar y colocar mesas y sillas, transformando el templo rímense en un comedor para recibir a nuestros hermanos y estos puedan compartir una comida especial.
De esta manera, todos los invitados y voluntarios, sin distinción, disfrutaron de un grato momento navideño, compartiendo en comunidad y celebrando la llegada del Salvador.
Liliana López, responsable de Sant’Egidio Perú, señaló su agradecimiento a todas las personas, instituciones y hermanos que han colaborado solidariamente de diferentes maneras, con esta iniciativa que busca acoger a aquellos hermanos que no encuentran acogida, justamente, el día del nacimiento de Jesús.
De igual manera, Sant’Egidio ya ha realizado otros almuerzos de navidad en días previos, compartiendo un grato momento con hermanos recicladores, migrantes, ambulantes, personas con discapacidad, madres y niños en la parroquia Nuestra Señora de Fátima en Miraflores, en el Hogar Santa Luisa de Marillac en Surquillo, en el Hogar Sembrando Esperanza en Villa María del Triunfo, en el Albergue Canevaro del Rímac, entre otros.
Esta tradición comenzó en Roma en 1982, hace 40 años; cuando la comunidad de Sant Egidio acogió a un grupo de personas pobres en la basílica de Santa María del Trastevere. Poco a poco esta acción solidaria se fue difundiendo en todos los países donde se encuentra la comunidad, haciendo de los más vulnerables su centro de acogida.