Comunidades parroquiales de distintas partes de la capital celebraron la Solemnidad de la Virgen del Carme con saetas, procesiones, ofrendas y rezos a la «Reina de los mares«, pidiéndole protección y amparo en momentos de angustia y dificultad.
El Papa Francisco dirigió unas palabras especiales a la Madre de Dios en su día: «Hoy, fiesta de la Virgen del Carmen, contemplamos a Nuestra Señora junto a la Cruz de Cristo. Ese es también el lugar de la Iglesia: al lado de Cristo», comentó.
Parroquia San José – Jesús María
Por su parte, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo, presidió una misa en honor a la Virgen del Carmen en la Parroquia San José del distrito de Jesús María. También estuvo presente el párroco Ángel Zapata, P. Rafael Mendoza, P. Luis Pinto, P. Maximandro Mejía, y P. Andrés Costilla.
«María es esa nubecita pequeña que nos trajo ese niño pequeño pero que quiso e hizo posible que la humanidad tuviera un torrente de gracia y de amor al cual siempre pudieran acudir para sostenerse, y para considerar que su vida, no es una vida abandonada, sino una vida llena, no una vida estéril, sino una vida fecunda, no una vida seca sino una vida llena de agua y de vida para todos», comentó.
Monseñor Castillo recordó que «Dios manda a su hijo Jesús por medio de María para que la tierra vuelva a ser fecundada en el amor, y todos podamos vivir entonces la alegría de este precioso jardín que él ha establecido en la humanidad y en la naturaleza».
María es generadora de vida
Citando el texto de los Gálatas, el Arzobispo mencionó que Dios envió a su hijo nacido de mujer, nacido bajo la ley, para presentar a los que estaban bajo la ley y para que recibiéramos la condición de hijos de Dios. «¿Qué significa eso?» – preguntó – «significa que el envío de Jesús, es un envío para rescatarnos de todas aquellas cosas que nos oprimen y que destruyen la felicidad, y por lo tanto, es el hijo que viene a suscitar y a resucitar en nosotros la esperanza de que podamos vivir en forma armónica».
En ese sentido, «María generadora es la Iglesia que viene de una madre que se hace responsable y genera vida, y solamente cuando se genera vida, se es adulto, cuando se genera logro, cuando se le promueve, no cuando se le engríe. María hizo que la Iglesia creciera, acompañó el camino de la Iglesia con sencillez, profundizando, guardando esas cosas en su corazón, vio el crecimiento de Jesús y también el crecimiento de la Iglesia «.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen
«María ocupa un centro fundamental, porque lo que hoy día se nos revela a través de esta advocación es esa belleza de la Virgen que nos introduce en el misterio de la alegría del jardín Monte Carmelo y lo que significa para el mundo la protección de nuestra naturaleza», comentó durante la misa en la parroquia Nuestra Señora del Carmen del distrito de San Miguel.
«Esta reflexión se relaciona con todo el esfuerzo que está haciendo el Santo Padre por recordarnos que tenemos que salvar la naturaleza, sobre todo con este próximo Sínodo Amazónico en el que ha puesto mucho empeño, pero en donde existe una enorme diferencia en el mundo pensando en que lo primero es ganar a manos llenas y olvidarse de la vida, y de la vida natural también que es parte de nosotros y que lo único que hemos hecho con ella es gastarla y desgastarla hasta depredarla terriblemente».
Incorporar la maternidad en nuestra vida
«¿Qué aporta la fe para que nosotros podamos madurar y ayudar a solucionar este grave problema? Hoy Juan lo dice muy lindo en su evangelio al relatar que, estando al pie de la cruz con María, Jesús ve a su madre, ve a Juan y lo primero que dice es: ‘Mujer’. Esto es muy importante porque no le dice mamá, le dice mujer, quiere decir que Jesús valora a la mujer como tal, y le hace ver a María que ella es la generadora de los hijos para poder ser hermanos unos de otros»
«Juan incorpora a María en su vida, y aprende a ser, en cierto modo, maternal. Esto es muy interesante porque nosotros que somos un país de machistas nos gusta imponer el espíritu dominador del varón. Bueno, esa concepción se disuelve con esta visión del ser humano que incorpora la maternidad».
«El Señor sabe que tenemos una dimensión linda en el corazón del ser que es la maternidad, hay una dimensión afectiva, humana, de ternura que todos tenemos que cultivar, y la enseñanza de María es para que todos nosotros también alojemos en lo más profundo de nuestro ser a María para hacer de la Iglesia y también de este país nuestro que amamos, un país generador de vida».
«Hagamos lo posible porque seamos así como María, mujer y madre, generadores de una nueva vida», concluyó.