El hombre pequeño que acuñó la opción preferencial por los pobres

En el día que celebramos la fiesta de san Juan Pablo II, canonizado como un santo, porque fue un Papa evangelizador, anunciador de la Palabra y un verdadero pastor que cuidó de sus ovejas, ese día 22 de octubre en que celebramos también nuestro camino con el Señor de los Milagros, hemos tenido también el dolor y la alegría de haber vivido tantos años con el padre Gustavo Gutiérrez, que ha pasado ahora a vivir en el Reino del Padre. Ese amigo nuestro, sacerdote peruano, acompañó a la Iglesia durante toda su vida, ha muerto sirviendo en toda la iglesia y siendo fiel en todo momento, en los momentos más difíciles, recordándonos siempre que el verdadero pastor debe cuidar de sus ovejas y, especialmente, de los pobres.

Publicado en: Vida Nueva.

Él fue el que acuñó esa frase que decimos todos: la Iglesia hace una opción preferencial por los pobres, que dio la vuelta al mundo y se integró al magisterio de la Santa Madre Iglesia, como un camino fundamental para vivir nuestra fe. En años muy difíciles que pasamos, desde los años 60 a los 90, el padre Gutiérrez diseñó una reflexión de fe, fiel a la Iglesia, capaz de darnos a todos saliendo y ánimo, en que encontraremos en nuestra vida una actitud pastoral se preocupara ciertamente de apacentar a las ovejas, como dice el Evangelio en el día de su fallecimiento, referido inclusive al papa Juan Pablo II. El propio pontífice reconoció que la opción preferencial por los pobres no es exclusiva ni es excluyente, pero es firme e irrevocable. Así lo dijo en Santo Domingo en 1984 el Santo Padre cuando vino a celebrar uno de los centenarios de la evangelización del continente.

A los sencillos y a los pobres

En aquella frase se sintetizó en cierto modo el aliento, la fuerza, el ánimo y el reconocimiento de Juan Pablo II a este hombre. Hoy día el papa Francisco nos muestra que ese camino es un camino prometedor, sabiendo que el Evangelio es el primero que contiene esa opción. “Tú has revelado estas cosas a los sencillos a los pobres”, dice Jesús y agradece al Padre. Por eso, también nosotros hoy día agradecemos por haber tenido un sacerdote teólogo fiel, que nunca pensó en el dinero ni en los lujos ni en nada que se pareciera a creerse superior.

Pequeño como era y con sus dolencias en la columna vertebral, supo desde su pequeñez anunciarnos el Evangelio con fuerza y con ánimo. Estamos todos estamos tristes por su partida, pero alegres porque tenemos en el cielo ya una persona que nos acompañará para seguir haciendo nuestra misión de conformar una Iglesia renovada que sirve a los pequeños, a los últimos y en donde cabemos todos.

Para beneficio de todos

Sepamos pues reconocer que el legado dejado por nuestros papas y que hoy Francisco enarbola como fundamental, sigue el camino de las conferencias episcopales de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida, que fueron siempre basadas en esa opción preferencial por los pobres, que Gutiérrez, como teólogo, llevó a formular forma simple y sintética para beneficio de todos y que habló del camino de la esperanza liberadora de los pobres y los pequeños, la esperanza liberadora que Jesucristo abre a toda la humanidad a través de los pobres y pequeños. Que Dios nos bendiga y nos siga Jesús bendiciendo con los ejemplos de personas como el padre Gustavo Gutiérrez, que ha sabido ser humildemente un servidor para su Iglesia y que nos ayuda a tener una iglesia nueva y renovada, sin ambiciones, sin odios, sin males.