PUCP sobre Gustavo Gutiérrez: el sacerdote que inspiró a millones con su teología

Nuestro admirado padre y docente PUCP, Gustavo Gutiérrez, falleció a los 96 años. Su gran labor académica y pastoral se caracterizó por poner en el centro de atención a los pobres y desfavorecidos a partir de su Teología de la liberación, una renovadora corriente que transformó la perspectiva histórica y social tanto de la Iglesia católica peruana como latinoamericana y mundial. Aquí recordamos la vida y el legado de uno de los pensadores peruanos más universales.

La obra del padre Gustavo Gutiérrez, centrada en su compromiso con los pobres y la dignidad humana, no solo cambió la forma en que la Iglesia católica piensa sobre la justicia social, inspirando a millones en todo el mundo, sino que sigue viva en la Doctrina Social de la Iglesia.

Esa reflexión sobre la fe cristiana desde una perspectiva histórica y concreta, que pone especial énfasis en los pobres y marginados, fue plasmada en 1971 en su libro Teología de la liberación. Perspectivas, texto de gran influencia para el catolicismo peruano, latinoamericano y mundial. La opción preferencial por los más pobres que plantea es reconocida, respetada y seguida en la actualidad por el papa Francisco. En la carta que le envió por su cumpleaños número 90, hace seis años, el pontífice señala: “Me uno a tu acción de gracias a Dios, y también te agradezco por cuanto has contribuido a la Iglesia y a la humanidad, a través de tu servicio teológico y de tu amor preferencial por los pobres y los descartados de la sociedad”.

El diálogo con corrientes de pensamiento distintas alimenta la reflexión sobre la fe cristiana. No hay reflexión sobre la fe si no hay una confrontación con los acontecimientos históricos. San Marcos y la Universidad Católica fueron dos ventanas que me permitieron respirar hondo y comenzar a conocer mi país.

El aporte de Gustavo Gutiérrez abrió el camino a la esperanza liberadora de los pobres, ha señalado el cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, primado del Perú y Gran Canciller de la PUCP. «En el día en que celebramos la canonización de Juan Pablo II (22 de octubre), un papa evangelizador y verdadero pastor, hemos tenido también el dolor y la alegría de haber vivido tantos años con el padre Gustavo Gutiérrez, que ha pasado ahora a vivir en el Reino del Padre. Gutiérrez fue un defensor incansable de la opción preferencial por los pobres, frase que él acuñó y que se integró al Magisterio de la Iglesia como un camino fundamental para vivir nuestra fe», declaró el cardenal.

Ambos se conocieron en 1970, cuando el padre Gutiérrez era asesor nacional de la Unión Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC), y el cardenal Castillo era un joven universitario que cursaba el tercer año de Sociología. Por ese entonces, Gutiérrez escribió un texto para un congreso teológico en Ginebra, en Suiza, sobre Teología del desarrollo. «Con dos compañeros de la UNEC nos encargamos de publicar aquel texto ciclostilándolo. Mientras trabajábamos, un día apareció el padre Gustavo y nos dijo: “no se llamará ‘Hacia una teología del desarrollo’ sino ‘Hacia una teología de la liberación’”, cuenta el cardenal Castillo en su artículo. En ese contexto, el padre Gutiérrez vinculó para siempre su teología con la realidad social, poniendo en el centro a los pobres.

«Agradecemos a Dios por haber tenido un sacerdote teólogo fiel que nunca pensó en el dinero ni en los lujos ni en nada que se pareciera a creerse superior. Pequeño, como era él, supo, con su pequeñez, anunciarnos el Evangelio con fuerza y ánimo», ha declarado Castillo, con sentidas palabras, tras el fallecimiento de su maestro y amigo.