125 años de devoción: Un encuentro de fe en la Solemnidad de María Auxiliadora

El sábado 24 de mayo de 2025, la Basílica María Auxiliadora de Breña congregó a cientos de fieles que se reunieron para participar de la Eucaristía oficiada por Monseñor Juan José Salaverry, obispo auxiliar de Lima, junto a otros sacerdotes y religiosos de la comunidad salesiana.

Créditos de fotografías: Salesianos del Perú

En su homilía, Monseñor Salaverry recordó que María es «la Madre que nos guía y nos cuida». Ella no sólo es la «discípula fiel de su Hijo», también es «nuestra luz en las tinieblas del mundo, nuestra esperanza en tiempos de incertidumbre».

En otro momento, el obispo auxiliar de Lima recordó que todo hijo de María Auxiliadora «debe ser portador del Evangelio para transformar nuestros corazones, familias y vidas; para transformar nuestra sociedad necesitada de conversión, renovación y regeneración desde el Amor Evangélico».

Estamos llamados a ser fermento de levadura transformadora, como María que es paradigma de fidelidad, constancia y entrega al servicio del necesitado.

En alusión a la Liturgia del día, el Monseñor explicó que el texto del Apocalipsis (12, 1-9) nos pide levantar los ojos al cielo para contemplar la aparición de esta figura portentosa de una mujer vestida del sol, con la luna por pedestal y una corona de doce estrellas en la cabeza. Y al frente de esa mujer, se traba una batalla entre el bien y el mal.

«Nosotros nos mantenemos contemplativos frente a este signo portentoso que nos regala el Apocalipsis», afirmó el obispo, para ver «la entereza de María, que también representa a la Iglesia, acompañando esta batalla como la verdadera discípula que acompañó al Hijo a lo largo de toda la vida».

En tanto, el Evangelio de Juan (2, 1-11) llegó con un llamado a la acción. María, presente en la boda de Caná, intercede por la falta de vino y dirige a los siervos a hacer lo que su Hijo les manda. Con una mirada profunda, Monseñor Salaverry destacó el mensaje de María:

‘Haced lo que Él les diga’. En estos simples pero poderosos consejos de María, se encuentra la clave de nuestra fe: hacer lo que Jesús nos pide. No es suficiente pedirle un milagro; debemos estar dispuestos a hacer lo que Él nos manda.

Y, dirigiéndose a la familia salesiana, nuestro obispo auxiliar hizo un llamado a renovar nuestro compromiso de presentarnos con la humildad de María, servidora del Señor, para que actúe transformando nuestra vida, nuestra Iglesia y sociedad.

Que al ejemplo de María Auxiliadora, podamos retomar nuestro compromiso por los más necesitados y estemos dispuestos a interceder por el prójimo.