Cardenal Castillo en PUCP: Continuar el camino de la Iglesia sinodal en todo el mundo

En la tradicional Fiesta de Luz, celebrada por la Pontificia Universidad Católica del Perú con toda su comunidad académica, el Cardenal Carlos Castillo, recordó que todos estamos llamados a «continuar implementando la Iglesia sinodal en todo el mundo». Y, para ello, son necesarias tres cosas que el Santo Padre ha recordado a los nuevos cardenales recién creados: mirar alto, con las manos juntas y los pies descalzos.

Fotos: Jorge Cerdán

La PUCP celebró por anticipado la Navidad 2024 con una Fiesta de Luz, evento que congregó a cientos de personas de la comunidad universitaria, entre alumnos, docentes y autoridades académicas. La Misa de Navidad estuvo presidida por el arzobispo de Lima y Gran Canciller PUCP, Monseñor Carlos Castillo, quien ofició su primera misa en el Perú tras su reciente nombramiento como cardenal por el Papa Francisco.

La comunidad universitaria recibió al cardenal Castillo en el Coliseo Polideportivo, quien ingresó al recinto entre las palmas de la concurrencia y el popular villancico «Santa is Coming to Town», a cargo del Coro y Conjunto de Cámara PUCP.

Regalo de Navidad para el Perú

Uno de los momentos más importantes de la ceremonia fue la homilía, en la que monseñor Castillo reflexionó sobre el significado de la Navidad y se refirió a su nombramiento como cardenal el pasado 7 de diciembre.

“Este es un pequeño regalo que el Santo Padre brinda al Perú en tiempos de Navidad. Y nos ha hecho esta ‘travesura’ de nombrarnos en uno de los cargos más cercanos a su trabajo y al servicio de la Iglesia. Vamos, entonces, a sintonizar con el espíritu de la Navidad, que tiene para nosotros estos regalos y sorpresas que siempre resultan poderosas”, dijo el cardenal Castillo, agradecido por el apoyo y acompañamiento recibido por la feligresía en esta nueva etapa.

“Todos los cardenales nombrados formamos parte de la escuadra del padre Francisco, una escuadra que va a continuar implementando la Iglesia sinodal en todo el mundo. Y, como él nos dijo, ‘hay que mirar alto, con las manos juntas y los pies descalzos’. Mirar alto para mirar lejos, y con los pies descalzos para trabajar en realidades diferentes y sentirlas”, contó el cardenal sobre los días vividos junto al Santo Padre.

Una Iglesia sinodal

Durante 18 minutos, el cardenal Castillo brindó un potente mensaje sobre el rol de nuestra Universidad como “casa de la palabra” y expresó su preocupación sobre la necesidad de fortalecer nuestra capacidad de diálogo.

“El mundo está enmudeciendo terriblemente, y se transforma en una lucha entre Caín y Abel. Caín no le dice a su hermano ‘Oye, por qué te quiere tanto el Señor a ti, que le encanta tu ofrenda. ¿Qué le pasará conmigo?’. Simplemente lo cela, se queda callado y lo mata’. No habla. Hoy día estamos viendo el desarrollo de Caínes en todas partes del mundo. Nuestra tarea como cristianos es esa: comprender”, dijo el cardenal.

Así, pidió a la concurrencia seguir el ejemplo de Jesucristo. “Dios comprende y tiene la paciencia suficiente para entregar a su hijo, quien, inclusive en su muerte y en su cruz, sigue diciéndonos que conversar, hablar, participar es el fundamento de la existencia”, expresó Monseñor Castillo, quien, en su nuevo cargo, reflexionó sobre el significado original de la palabra “eminencia”.

“Antiguamente, se llamaba «eminente» a la cantidad de sangre que brotó del costado de Jesús y que es signo de los mártires. Sin embargo, esta palabra ha perdido su cuota de generosidad y se ha transformado en un delirio de poder. Y no estamos para eso, estamos para servir”, agregó.