El Arzobispo de Lima Carlos Castillo presidió la ceremonia de la Pasión del Señor, reflexionando el profundo significado que por siglos ha generado el amor gratuito de Jesús:
“Cristo ha venido a hacer posible que entre nosotros exista el reino de Dios, y su reino no es como los reinos y las búsqueda de poderes que tiene este mundo, que buscan cualquier tipo de artimaña, por el contrario, es un reino que inspira la justicia y el amor de las personas y hace posible que también los reyes de este mundo puedan ser distintos, es un reino de la verdad”.
El diálogo resuelve los problemas
También se refirió a la verdad del amor definitivo de Dios que nos invita a “encontrar el sentido del valor de las cosas”, para “amarnos los unos a los otros” con responsabilidad y buscando siempre el diálogo para resolver los problemas.
Dejemos que el espíritu de Jesús entre en nosotros y nos haga revivir en su amor, en su justicia y en su paz.
“El señor cuestiona todo acto de violencia por medio de la palabra. Si se nos acusa de algo que se nos explique, y a partir de la explicación demos una respuesta adecuada, porque conversando se arregla, las cosas, no con actos violentos de ningún tipo. En el respeto se da el dialogo adecuado y sincero que permite esclarecer”, agregó.
Dios suscita amor y comprensión
«Un Padre no excluye a ningún hijo, se duele de sus errores, y lo espera para ayudarlo a mejorar, suscita con su amor la capacidad de comprender su vida complicada«, comentó el Arzobispo de Lima.
Es por eso que la Iglesia es el lugar donde “se deben organizar los problemas y enfrentarlos», especialmente en estos tiempos donde «urgentemente necesitamos paz y calma ante todo lo que nos sucede como personas, como familias, como barrios, como pueblo y como Perú”.
Por último, resaltó que sin amor no es posible la felicidad, y por medio del sacrificio de Jesús recibimos un espíritu de comprensión:
“Jesús, viviendo hasta en lo más profundo de su ser el camino que Dios le dio, cumple la promesa de que la felicidad se implanta en la tierra por medio del amor y la paz, y se realiza cumpliendo esa promesa entregando su vida con amor. No para despreciar a nadie sino para unirnos a todos con amor”.