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En el Día Mundial del Refugiado, compartimos el testimonio de servicio de la comunidad Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que se ha convertido en una luz de esperanza para nuestros hermanos refugiados y migrantes, dedicando su tiempo para brindarles asistencia humanitaria, espacios de escucha y acompañamiento psicológico, talleres de emprendimiento, entre otras actividades.

Escribe: Jessica Laurente

El Día Mundial del Refugiado, creado por las Naciones Unidas en 2001, busca conmemorar y dignificar a todas las personas en circunstancias adversas, generando mayor conciencia en la sociedad para abrir nuestro corazón y actuar solidariamente.

Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), nuestro país acoge a más de 1,5 millones de personas venezolanas, de los cuales, más de 532.000 han solicitado la condición de refugiado. De esta manera, el Perú se ubica como el segundo país con el mayor número de refugiados y migrantes venezolanos en el mundo.

Frente a esta realidad, una serie de congregaciones religiosas de nuestra Iglesia Peruana viene trabajando en equipo de la mano de organismos internacionales y la sociedad civil para brindar mayores oportunidades a nuestros hermanos refugiados y migrantes en el Perú.

Nuestra oficina de Prensa y Comunicaciones se comunicó con Sor Karim Arroyo, Hija de la Caridad, Superiora del Centro Pastoral Virgen de Lourdes, quien junto a su comunidad viene trabajando en favor de los refugiados y migrantes en nuestro país, brindándoles asistencia humanitaria y servicios de salud física y psicológica, asesoría migratoria, talleres de emprendimiento, entre otros.

“Una de nuestras prioridades, como Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, es la pastoral con los migrantes y refugiados, por ello, atentas al llamado que hizo el Papa en la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado en 2018, el cual es acoger, proteger, promover e integrar a nuestros hermanos migrantes y refugiados”, refirió Sor Karim.

Asistencia humanitaria y Apoyo al Hermano Refugiado

De esta forma, Sor Karim nos indicó que la comunidad se ha organizado para ofrecer una serie de servicios básicos de alimentación, alojamiento y salud, así como otras acciones solidarias que dignifican a nuestros hermanos: “El simple hecho de tomarse una ducha, brindarle un alimento o un refugio es muy importante para nuestros hermanos”, reflexionó.

En el Santuario Virgen de Lourdes, Karim Arroyo explicó que tienen la casa de acogida Sor Rosalía Rendú, la cual el año pasado fue implementada por Acnur, y, actualmente, cuentan con 10 habitaciones donde reciben en su mayoría a mujeres con casos críticos de salud: “Ha habido momentos que hemos tenido que cuidar de personas con anemia severa hasta que se recuperen porque no tenían qué comer”, acotó.

Por otro lado, también cuentan con el comedor Virgen de Lourdes, el cual diariamente brinda el almuerzo a un promedio de 40 personas, entre adultos mayores y hermanos refugiados, quienes comparten el alimento con dignidad.

Sor Karim señaló la importancia de la salud mental y emocional de nuestros hermanos refugiados y migrantes, quienes, ante las desavenencias con las que vienen cargando a lo largo de su camino tales como el vivir lejos de su país, separase de sus familias, aprender una nueva cultura, sufrir discriminación y/o no contar con los medios necesarios para establecerse, requieren de asistencia para lograr fortalecerse y puedan seguir adelante.

“También trabajamos brindándoles atención psicológica de forma individual y grupal a través de talleres, estos buscan empoderarlos y ayudarlos a tener las fuerzas necesarias para salir adelante. Generalmente, estos encuentros se realizan los sábados y los lleva a cargo una profesional, contando con la respuesta de los participantes. Ahora, si nosotros no pudiéramos atender algún caso, procedemos a derivarlo oportunamente con otras instituciones”, dijo Sor Karim.

Asimismo, las Hermanas de la Caridad brindan el servicio de asesoría migratoria a las personas que lo solicitan, ya que es fundamental que los documentos se encuentren en regla para continuar hacia su destino.

Y, a fin de promover capacidades en el tema laboral, Sor Karim nos comentó que su congregación junto a los sacerdotes scalabrinianos realizaron el proyecto “Mujeres camino al éxito”, donde capacitaron a más de 15 damas con realidades diferentes en habilidades de gestión, marca personal, herramientas de promoción, entre otros para desarrollar emprendimientos familiares.

“Fue un proyecto bastante exitoso porque, a estas mujeres se les dio un capital semilla después de la formación. Entonces, ahora, ellas tienen sus propios negocios y, una de ellas, que es un modelo para nosotras, Nailú, una señora que ha abierto su restaurante y tiene todos los permisos de ley. Y esta es la mejor forma también de ayudar a nuestros hermanos, pero implica la generosidad de muchas personas” sostuvo Sor Karim.

Unidos hacemos en cambio

Por otro lado, la Madre Superiora nos indicó que este trabajo solidario lo vienen ejecutando en equipo con la cooperación internacional, otras congregaciones y religiones y que, gracias a esta unión solidaria, el año pasado les ha permitido atender 5223 casos.

“Por ser un problema de gran trascendencia, solas no lo podemos hacer, por ello, desde 2019, trabajamos con Acnur, integrando el CIREMI, que es el Comité Interreligioso de Ayuda al Migrante y Refugiado, donde atendemos y acompañamos a nuestros hermanos migrantes. Asimismo, trabajamos con los padres vicentinos y con otras congregaciones como la Asociación de los Misioneros Scalabrinianos, quienes tienen el carisma de acompañar a los hermanos migrantes e ir junto con ellos”, dijo Sor Karim.

De igual forma, la religiosa nos indicó que recientemente, cuentan también con el apoyo de Cáritas Lima, coordinando algunos casos sociales, a fin de que nuestros hermanos refugiados y migrantes puedan recibir apoyo en temas de salud y de movilidad, especialmente, quienes desean dirigirse al norte del país.

Acoger al Hermano Refugiado

Sor Karim señaló la importancia de este día, donde es necesario que demos respuesta a esta difícil situación que viven millones de personas, siendo fieles al Evangelio: “Jesús, en su palabra, nos dice: “Fui forastero y me acogiste”. Muchas de estas personas deciden salir de sus países porque no tienen las condiciones necesarias dignas para vivir y, por ello, también, el Santo Juan Scalabrini, dice: “Para el migrante, patria es la Tierra que le da el pan”. Y la Iglesia, atenta a los signos de los tiempos, necesita dar esta respuesta coherente, atendiendo a nuestros hermanos migrantes y refugiados”.

Asimismo, la madre superiora nos comentó que este año se desarrollará la 109° Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, bajo el lema «Libres de elegir si migrar o quedarse», título colocado por el Santo Padre, donde nos invita a seguir el camino sinodal que venimos aprendiendo, como Iglesia, mirando a las personas más vulnerables y, entre ellas, a los hermanos migrantes y refugiados.

Finalmente, Sor Karim Arroyo nos invitó a ensanchar el corazón para acoger y disponernos hacia nuestros hermanos: “Esta fecha nos invita a seguir siendo fieles al Evangelio, a ensanchar el corazón para acoger al otro y construir juntos una sociedad libre de xenofobia, sin fronteras, para acogernos como hermanos, como dice el Papa Francisco en Fratelli Tutti: “Todos somos Hermanos”

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