Siguiendo el camino sinodal de la Iglesia de Lima, la Parroquia Virgen del Buen Remedio y San Pablo Apóstol vivió en comunidad su Asamblea Sinodal, reuniendo a más de 90 personas entre jóvenes, adultos, representantes de juntas vecinales, mercados, laicos y miembros de otras denominaciones.

Escribe: Carmen López
Durante el encuentro surgieron preocupaciones claves para el crecimiento pastoral. Una de ellas fue la transformación digital y la necesidad de encontrar nuevas formas de evangelizar sin quedar al margen de los cambios actuales. María Consuelo Barleta, laica participante, destacó que “los jóvenes, con sus habilidades y cercanía a la tecnología, generan vínculos fraternos y aportan ideas valiosas para integrar la fe con los desafíos de nuestro tiempo”.
Otra de las prioridades identificadas es el fortalecimiento espiritual de las familias. La comunidad expresó el deseo de que los hogares crezcan en amor, fe y compromiso reflejando esos valores en su vida diaria y siguiendo el ejemplo y el mensaje de nuestro Señor.


Nuevos espacios de escucha
Barleta explicó que estas reuniones son valiosas porque «permiten vivir una espiritualidad concreta y sincera, donde el respeto y la tolerancia se colocan por encima de todo prejuicio o exclusión«. Son espacios que abren nuevas oportunidades, donde se escuchan diferentes opiniones y cada voz es importante, fomentando una cercanía auténtica entre todos como Pueblo de Dios.
Por su parte, Mario Pinares, párroco de la comunidad, comentó que la preparación en su parroquia contó con el trabajo conjunto de facilitadores, voluntarios y el equipo de comunicaciones. Gracias a esta coordinación se lograron organizar dos sesiones participativas. “Hay un entusiasmo real por construir una comunidad que llegue a las periferias. Vivir la fe en sintonía con los desafíos de nuestro tiempo es fundamental”, agregó.


Para el sacerdote, estas experiencias no solo generan integración, sino también una nueva forma de caminar juntos como iglesia: “Se trata de un peregrinar juntos en compromiso y solidaridad, dejándonos guiar por el Santo Espíritu de Dios”, expresó.
La convocatoria se realizó en el transcurso de las misas dominicales y se reforzó mediante volantes, afiches y actividades parroquiales, logrando así una amplia participación y una jornada significativa.

