Señor de los Milagros peregrina por las calles de Lima

En la Misa de campaña por el segundo recorrido procesional del Señor de los Milagros, el Cardenal Carlos Castillo hizo un llamado a vivir con los mismos sentimientos de Cristo: servicio, dulzura y esperanza en medio de las dificultades sociales que atraviesa el país.

“Con todo el corazón hemos venido otra vez, después de 374 años, a seguir caminando con Jesús, el Señor de los Milagros. El único camino que redime, que da paz y esperanza, es el camino del servicio”, ha expresado el purpurado.

El Cardenal subrayó que el Perú ha sido, desde sus orígenes, “una república de servidores, de gente sencilla que se ayuda mutuamente”, y destacó cómo la presencia de Jesús ha estado presente en los cerros de Lima, ahí donde se gestaron las nuevas poblaciones: “Nuestro pueblo reconoce en la Cruz a Aquel que es servidor. Por eso, en el Perú, ponemos las cruces en los cerros. Empezamos a entender que había un Padre que envió a su Hijo y que Él nos dio todos los bienes que tenemos”, añadió.

La fe servicial de Santo Toribio de Mogrovejo

Recordando la historia de fe del Perú, el obispo de Lima evocó el ejemplo de Santo Toribio de Mogrovejo, “imagen de Jesús” que, en tiempos de pandemia, recorrió el país “pueblo por pueblo” para restaurar las comunidades destruidas por la enfermedad: “Les decía cómo habían vivido antes, qué recordaban, y los empezó a reunir. A esa paciencia sencilla y servicial se debe la fe de nuestro pueblo”, afirmó.

El Cardenal anunció, además, que el próximo 10 de diciembre se celebrarán los 300 años de la canonización de Santo Toribio, “patrón de los obispos de toda América Latina”, y expresó su deseo de que “probablemente, venga el Santo Padre”.

Día de duelo y esperanza

En otro momento, reconociendo la situación de dolor que atraviesa nuestro país, el Primado del Perú afirmó que «todos estamos demasiado conmocionados en los últimos años por lo que hemos vivido y perdido». Durante su mensaje, también pidió por las víctimas de la violencia reciente. “Hoy día es un día de luto y de solidaridad con Eduardo Mauricio Ruiz Sanz, que ha perdido la vida. Te pedimos, Señor, que lo tengas en tu seno”, dijo. También pidió por la recuperación de Luis Roger Rodríguez, “que se encuentra todavía delicado”.

Hoy día es un día de duelo, pero, también, es un día de esperanza. Nuestro Señor nos recuerda que con su compañía aliente en nosotros los mejores sentimientos suyos.

“Nuestro Señor es mestizo como nosotros”

Al referirse a la imagen del Cristo Moreno, el Cardenal Castillo señaló que el Señor de los Milagros “es mestizo como nosotros, mezclado, y alienta nuestra unión, nuestra diversidad”. Enfatizó que ,para algunos poderosos en el mundo, hoy día existe población «sobrante», pero, para Dios no. «Todos somos indispensables, todos valemos, todos somos preciosos a sus ojos”, indicó.

«Señor de los Milagros, venimos a pedirte de corazón que nos des la imaginación, que nos inspires permanentemente para encontrar soluciones a los problemas que tenemos”, rezó el Prelado, recordando a los jóvenes, a los adultos mayores y también a los miembros de la Policía Nacional, “que también son nuestros hermanos”.

Nuestro Señor nos llena el corazón de bondad y de identificación con los demás, porque no solamente el Señor camina con nosotros, es con nosotros

Un llamado a la paz y al amor

En otro momento, el Prelado pidió “desviolentar los corazones” y reafirmar el “derecho elemental a la vida”. “Somos un pueblo pacífico y pacíficamente tenemos derecho a decir nuestra palabra, unidos todos y corrigiendo nuestros errores”, afirmó.

Finalmente, el Cardenal Carlos Castillo pidió al Señor de los Milagros que “cambie nuestro corazón, transforme el de las personas que te rechazan y haga posible que el valor de la dulzura, la delicadeza, la sencillez y la humildad vuelva de carne el corazón de piedra”. Y añadió: “Que todos los que han sido víctimas, sean civiles o militares, no nos sometamos a la destrucción, sino que nos hermanemos

Señor de los Milagros, ayúdanos a vivir en tu amor y a sellar el gran pacto de esperanza. Que caminemos libres por nuestras calles anunciando que Tú eres la fuente inagotable de la esperanza para el Perú.