La Catedral de Lima fue el punto de encuentro para más de 250 jóvenes universitarios de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMS), Universidad Marcelino Champagnat(UMCH), y Universidad Femenina del Sagrado Corazón (UNIFE), quienes recibieron el Sacramento de la Confirmación.
La emotiva Eucaristía fue oficiada por el arzobispo de Lima, Cardenal Carlos Castillo, quien animó a los jóvenes a a vivir su fe con actitud crítica, esperanza y espíritu universitario.

Durante la homilía, el Cardenal Castillo agradeció el esfuerzo de las universidades por acompañar a sus estudiantes “en la dimensión más profunda de la fe, en el corazón del mundo universitario”. Dirigiéndose a los cientos de estudiantes presentes en la basílica, el Prelado hizo un llamado a redescubrir su fe desde una madurez auténtica, reconociendo que la vida universitaria es un tiempo privilegiado para el discernimiento y el desarrollo de los valores.
El arzobispo de Lima destacó el valor del espíritu universitario como un espacio para el pensamiento crítico, el diálogo y la búsqueda honesta de la verdad. “Ese es el espíritu universitario: preguntar, cuestionar, aclarar, expresar las dudas, compartir y conversar”, recordó, señalando que la inteligencia es mucho más que capacidad técnica: es “leer dentro de las cosas, intentar comprender lo incomprensible”.
En otro momento, reflexionó en torno a los desafíos contemporáneos, entre ellos la inteligencia artificial. Señaló que su uso exige discernimiento: “Es interesante y, simultáneamente, un peligro, porque es la única creación humana que puede tomar decisiones sin nosotros”. Advirtió que si se deja de investigar y pensar, “empezamos a disminuir en inteligencia”, subrayando el valor de la intuición humana, ese “espíritu de fineza” del que hablaba Pascal.
Pensar juntos en las nuevas formas de vivir la Iglesia
El Cardenal Castillo exhortó a los jóvenes a no reducir la fe a un aprendizaje mecánico o memorístico. “La fe no se impone… si no, formamos loros, formamos papagayos que repiten y repiten”, señaló con claridad, recordando que la Iglesia, desde el Concilio Vaticano II, ha buscado métodos más humanos, dialogantes y participativos para la catequesis. “La vida cristiana es un caminar permanente y responder a nuevos desafíos”, precisó.
Ante el actual contexto mundial, el Primado del Perú hizo un llamamiento urgente a la paz. “Muchachos, muchachas, tenemos que parar la guerra… no se resuelven las cosas peleando, sino poniéndonos de acuerdo”, afirmó, resaltando que la universidad, como “gran templo de ponerse de acuerdo”, puede ofrecer al mundo caminos de diálogo para afrontar las tensiones internacionales.
La confirmación no es una meta, es un inicio. Estamos todos invitados a poder ser catequistas y continuar esta preciosa labor hecha desde nuestro pueblo universitario
El purpurado insistió en que todos tenemos la oportunidad de redescubrir la gratuidad del amor de Dios como núcleo de la vida cristiana. En medio de los desafíos académicos, las exigencias de rendimiento y la presión por “ser productivos”, recordó que la fe no nace del esfuerzo humano sino del don gratuito que Dios ofrece.
“Todo lo que vivimos nace de la gratuidad. Antes de que nosotros amemos, ya somos amados”, dijo emocionado.
Finalmente, después de escuchar los testimonios de los jóvenes estudiantes, el obispo de Lima reiteró la importancia de cultivar el pensamiento, vivir con esperanza y dejarse conducir por el Espíritu que “los va a acompañar en el tiempo próximo que vendrá”.
Que el gran Maestro Jesús les dé su Espíritu para que anuncien y testimonien que es posible que el mundo sea resucitado a una vida nueva.
La confirmación universitaria contó con la asistencia de las autoridades académicas de cada universidad. La misa fue concelebrada por el P. Franco Rivas, capellán de la UNMSM, y el P. Rodolfo Silva, capellán de la PUCP y vicario de la Vicaría de la Juventud.








