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En la Fiesta de Todos los Santos, Monseñor Guillermo Elías, Obispo Auxiliar de Lima, presidió la Celebración Eucarística desde el Santuario Las Nazarenas: «El discípulo es aquel que da de comer al hambriento, beber al sediento, aquel que se compromete con el Otro, ése es el pobre de espíritu, quien conduce su amor a Dios y al hermano».

Bajo el lema: ‘Con el Señor de los Milagros, salgamos en misión’, Guillermo Elías recordó todos los gestos que se han puesto en práctica durante el mes de octubre: “El primer domingo los invitábamos a que pudieran entronizar al Señor en sus templos y hogares. El segundo, visitar los hospitales, las cárceles y aplicar la unción a los enfermos. El tercer domingo, celebramos la Eucaristía por nuestra nación, y finalmente, el cuarto domingo, recolectamos víveres para compartirlo con los más necesitados”.

Comentando el Evangelio de San Mateo (5,1-12 a), que relata las Bienaventuranzas, nuestro Obispo Auxiliar hizo un llamado a profundizar en nuestra misión como discípulos de Cristo: “Ser discípulo de Jesús implica buscar la santidad como estilo de vida. Como el Padre de ustedes es Santo, así tendríamos que aspirar también nosotros a la santidad”, indicó.

En ese sentido, el Evangelio de hoy nos coloca entre dos afirmaciones fundamentales: la pobreza espiritual, es decir, que sin Dios no somos nada; y la pobreza material, que toma expresiones, actitudes y voluntades que afecta nuestra vida como creyentes.

Monseor Elías remarcó las actitudes que debemos considerar para poner en práctica las Bienaventuranzas: “Las Bienaventuranzas nos hablan de actitudes fundamentales del discípulo de Jesús y de todo cristiano. El discípulo debe confiar plenamente en Dios, ése es el pobre de espíritu, capaz de compartir el sufrimiento con el Otro, debe tener un trato amable con los demás, querer ardientemente que el reino de justicia se suscite en medio nuestro. El discípulo debe ser misericordioso, es decir, debe tener coherencia, integridad. Este es un camino viable para todos nosotros”, reflexionó.

Al culminar el mes del Señor de los Milagros, el prelado nos invita a meditar sobre las acciones que hemos tomado para mejorar nuestras vida como cristianos: “¿Qué cambios y qué actitudes tendríamos que recordar que son fundamentales? El Reino nos pide seguir esas opciones y convicciones por parte nuestra, los cristianos, en este país, en medio de esta Pandemia que nos viene reportando lo frágiles que somos, pero también lo capaces que somos de provocar vida a nuestro alrededor”.

Finalmente, Guillermo Elías pidió hacer eco y poner en práctica las bienaventuranzas en nuestras vidas: “Las bienaventuranzas nos señalan actitudes básicas e imprescindibles para entrar en la plenitud de Dios. Ellas constituyen nuestra Carta Magna como discípulo. El Señor ha entrado en todos los hogares, ha estado en todos los hospitales, Él nunca falla, somos nosotros los que tendríamos que plantearnos, de verdad, qué ha producido y si soy un bienaventurado, una bienaventurada, de saber que mi vida está en esperanza, porque el Señor está con nosotros”, remarcó.

«Los invito a seguir en misión y permitirle al Señor que siga transformando nuestras vidas y la de nuestro país. Que la fiesta no termine el día de hoy, sino que siga estando en misión, transformando nuestra vida y que el Señor de los Milagros atraiga y siga dando al Perú, la alegría de tener una devoción que ha transformado su historia que hoy, transciende a la nación”.

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