Historia

La Arquidiócesis de Lima fue creada el 12 de febrero de 1546 por el Papa Paulo III y desde entonces fue el centro de evangelización del Nuevo Mundo. Desde aquí salieron las misiones que convirtieron a miles de indios a la fe cristiana.

La nueva fe comenzó a ser difundida en estas tierras por los misioneros franciscanos, dominicos y mercedarios, quienes llegaron en los barcos de los conquistadores en las primeras décadas del siglo XVI. Más tarde se incorporaron a esta tarea las órdenes agustinas y jesuitas.

La evangelización del Nuevo Mundo había comenzado y desde Lima partían las misiones hacia la mayor parte del continente. Esta necesidad obligó al Papa Paulo III a crear el 14 de mayo de 1541 las Diócesis de Lima, México y Santo Domingo, con la tarea de convertir a los indios a la fe cristiana.

La Diócesis de Lima quedó sujeta a la Iglesia Metropolitana de Sevilla y su primer obispo fue Fray Gerónimo de Loayza. Cinco años después, (el 12 de febrero de 1546), el mismo pontífice decidió separar a Lima de Sevilla y la convirtió en Arquidiócesis, colocando bajo su mandato a las diócesis del Cusco, Quito, Castilla del Oro (Panamá), León de Nicaragua, Popayán, Santiago de Chile, La Imperial, Chacras y Tucumán. Por un tiempo, la Arquidiócesis de Lima fue la circunscripción eclesiástica más extensa del mundo.

En 1572, San Pío V le otorgó a Lima el rango de Primada del Perú, título que fue confirmado por Gregorio XVI en 1834 y ratificado en este siglo por Pío XII en 1943.

Es sabido que los criterios para la creación de nuevas diócesis depende de diversas variables, por ejemplo: la cantidad de población, el número de sacerdotes disponibles, de congregaciones presentes, de dificultades geográficas, etc.

A finales del siglo XIX se crearon las diócesis de Huaraz, 1899; Huánuco, 1866. La promoción de Cusco, Trujillo y Arequipa, designados como arzobispados por el Papa Pío XII, en 1943, significó también la confirmación de Lima como Arquidiócesis Primada del Perú.

En la segunda mitad del siglo XX ocurrieron varios cambios que fueron recortando la extensa arquidiócesis de Lima. Por orden de creación tenemos los siguientes: Ica, diócesis en 1946; Yauyos y Cañete, entre el 1957 y el 1962; Huacho, 1958; Callao, 1967; Carabayllo, junto con Chosica y Lurín, que se crearon en 1996. Asimismo, el Obispado Castrense se llamó al comienzo Vicaría General Castrense, ya desde 1957 es autónoma sin vinculación con el arzobispo de Lima.

Como pocas arquidiócesis en el mundo, la de Lima puede exhibir testimonios de fe tan intensos y arraigados, como la procesión al Señor de los Milagros, el culto a Santa Rosa de Lima y a la Virgen del Carmen.

Una tradición católica tan intensa que fue alabada por el propio papa Francisco quien llamó al Perú tierra ensantada.

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