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Monseñor Cornejo: 27 años al servicio del Pueblo de Dios

Un día como hoy, 08 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, Monseñor Guillermo Cornejo fue consagrado sacerdote del Pueblo de Dios. Desde entonces, han pasado 27 años de un largo camino acompañando y escuchando a los sectores más marginados de nuestra ciudad.

Escribe: Jessica Laurente.

Desde muy pequeño, los padres del obispo auxiliar, Guillermo y Miguelina, inculcaron en el corazón de su familia valores como la fraternidad, el amor y la justicia. Así lo recordó con emoción Monseñor Cornejo: “Cuando terminé el colegio militar Leoncio Prado, ingresé a la parroquia y participaba en las comunidades visitando a los ancianos, a los presos. Todo lo que me inculcaron mis padres dio fruto en mis años de laico en la Parroquia La Encarnación, donde hice de Jesucristo en Semana Santa. Eso me marcó muchísimo”, expresó.

Es así que, poco a poco, nuestro Obispo Auxiliar de Lima fue descubriendo su vocación hasta que se animó a postular al Seminario Casa de Nazaret, y posteriormente al Seminario Santo Toribio de Mogrovejo: “La gente no creía que quería ser sacerdote porque era muy alegre, inquieto, muy movido. Salvo mi mamá, mi abuelita, mis hermanos y amigos más cercanos, nadie confiaba en mí», dijo entre risas.

Monseñor Cornejo y su experiencia en la Pastoral carcelaria.

Ya ordenado sacerdote desde 1994, el camino de Monseñor Cornejo ha tenido un paso importante por la Pastoral carcelaria y de la tercera edad en la Diócesis de Lurín: “Cuando era estudiante iba al Ermelinda Carrera, Maranguita y Santa Margarita. Pienso que todos los seres humanos somos buenos, porque somos hechura de Dios y semejantes a Él, entonces, incluso los que están en la cárcel, son personas valiosas”.

Hasta el día de hoy, Monseñor Cornejo sigue asistiendo a las cárceles y compartiendo experiencias con los internos de los penales: “Cada vez que voy al penal me siento muy bien con mis hermanos internos. Ellos se conmueven, quieren invitarme cosas, yo también estoy ahí queriendo apoyarlos. Allí uno se da cuenta que Dios no ha hecho nada malo, sino que, muchas veces, ellos se han sentido abandonados y la tentación ha sido grande”, reflexionó.

Reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes.

Recientemente, Guillermo Cornejo representó a nuestra Arquidiócesis de Lima en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. El obispo auxiliar ha querido destacar la gran participación de los jóvenes durante el proceso de escucha, y por eso, afirma que es necesario reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes: «ellos son agentes de transformación en la comunidad eclesial y en la sociedad», resaltó.

Por otro lado, Monseñor Cornejo también considera relevante que la Iglesia afiance aún más los procesos de sinodalidad y escucha: “Yo creo que, si fomentamos ello, vamos a ser realmente entes transformadores. Queremos cambiar, queremos mejorar, queremos convertirnos, queremos empezar una nueva vida, queremos transformarnos, queremos una Iglesia más sensible, una Iglesia abierta, una Iglesia acogedora, una Iglesia transformadora y transformada, una Iglesia de conversión, una Iglesia donde acojamos a todos, especialmente a los pobres, a los excluidos, a los que sufren, a los ancianitos, a los que están en la cárcel, a los enfermos y a todos los que tienen dificultades”, es la esperanza del obispo auxiliar.

Al cumplirse 27 años de vida pastoral, Cornejo hace un llamado a seguir forjando una Iglesia misionera en salida y a no desanimarmos en las situaciones de adversidad: “Hoy más que nunca, necesitamos una nueva Iglesia, pero eso va a depender muchísimo de que nos convirtamos y que tengamos una nueva actitud en estos momentos difíciles. Ya es tiempo de mejorar, ya es tiempo de cambiar y empezar una nueva vida en el nombre del Señor», señaló.

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