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Informe Especial

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En el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, recordamos que cerca de 160 millones de niñas y niños, entre 5 y 17 años, trabajan en todo el mundo; una dura realidad que no es ajena a nuestro país. Como Iglesia de Lima, queremos reflexionar sobre la situación en la que viven millones de niños, niñas y adolescentes, privados de su niñez, su potencial y su dignidad, para ser sometidos a largas y extenuantes jornadas laborales perjudiciales en su desarrollo físico y psicológico.

En ese sentido, nuestra Oficina de Prensa conversó con los sacerdotes Carlos Valderrama y Walter Alcos, responsables de los Decanatos 1 y 2 de nuestra Arquidiócesis, para conocer las acciones solidarias que vienen ejecutándose en favor de nuestros niños.

Vivir atentos a los signos y desafíos de los últimos tiempos.

El Padre Carlos Valderrama, responsable del Decanato 1, compuesto de once parroquias ubicadas en el distrito del Rímac, nos comenta la agobiante situación en la que viven muchos niños a causa del sometimiento al que son inducidos por sus padres: “Muchos de estos niños provienen de familias en extrema pobreza, obligados a pedir limosnas en las calles; otros no asisten al colegio porque salen todos los días a trabajar junto a sus padres, razón por la cual, la mayoría de ellos apenas llega a estudiar hasta el nivel primario”, expresó.

De igual manera, el sacerdote señaló que es común que estos niños, debido a la difícil situación que atraviesan en sus casas, suelan refugiarse en el consumo de drogas, la delincuencia, la promiscuidad sexual y embarazos precoces:

“Veo a la mayoría de estos chicos robando en varias calles de nuestro distrito y puedo afirmar que son sus propios familiares quienes los obligan a salir de casa para semejante acto. Es así como, ante tal presión, estos niños, para darse valor, fuman marihuana o inhalan terokal, para así, drogados, ejerzan la delincuencia envalentonados y dispuestos a correr cualquier riesgo” sostuvo el decano.

El Padre Valderrama refirió que las parroquias de su decanato asisten a estos menores a través de la catequesis y ofreciendo capacitaciones a los jóvenes para que asuman su misión cristiana con liderazgo y compromiso social.

El presbítero sostuvo que es necesario unir fuerzas para hacerle frente a este difícil problema. Por ello, nos comenta que vienen trabajando en equipo junto a otras instituciones del estado, la Policía Nacional, las juntas vecinales y su municipio distrital para incentivar a los niños a estudiar a través de la donación de útiles escolares, charlas, entre otros.

Finalmente, a la luz del Evangelio, el padre Carlos nos invitó a seguir nuestra misión, sobre todo en favor de estos hermanos, que son el futuro de nuestra sociedad: “El Evangelio nos invita en todo tiempo y circunstancia a caminar todos juntos, viviendo atentos a los signos y desafíos de los últimos tiempos, en la búsqueda y cercanía constante del mundo herido y de los más desfavorecidos de nuestro entorno”.

Sabías qué…
Según UNICEF, el trabajo infantil habría aumentado como consecuencia de la Pandemia Covid-19. Se estima que, a finales del 2022, cerca de 9 millones de niños más estarán abocados a la realización de trabajo infantil. Nuestro país no es ajeno a esta triste realidad, y según el INEI, alrededor del 13.7% de niños, niñas y adolescentes de entre 5 a 17 años, no estudian por dedicarse a trabajar (mayor incidencia en el área rural con un 34.2%, frente a un 6.3% del área urbana).

Tenemos que unirnos para que nuestros niños y adolescentes estudien.

Por su parte, el padre Walter Alcos, párroco de Santa Magdalena Sofía Barat y responsable del decanato II que comprende a 15 parroquias de los distritos de Cercado de Lima, Ate y El Agustino, nos comentó que en su localidad la mayor parte de los niños y adolescentes son hijos de padres emigrantes de la sierra central, especialmente, del departamento de Huancavelica, quienes, en su mayoría, están dedicados al comercio ambulatorio, y otros trabajan como estibadores, mototaxistas, taxistas, obreros de construcción, saliendo de muy temprano a trabajar dejando a sus niños solos en casa o bajo el cuidado de un familiar.

Sin embargo, el sacerdote señaló que un porcentaje de adolescentes estudian y trabajan para ayudar a sus padres: “Podríamos decir que en un 20% de nuestros niños y jóvenes trabajan y estudian para apoyar a sus padres a cubrir los gastos del hogar. Trabajan ayudando en el comercio ambulatorio, la confección de prendas de vestir o en la venta de comida. Generalmente, ayudan los días de la semana por las mañanas y estudian por las tardes o viceversa, y los fines de semana están dedicados todo el día a trabajar, lo que trae como consecuencia su bajo rendimiento en el colegio.

De esta manera, haciendo referencia al tema educativo, el sacerdote reveló que, si bien la mayoría de los niños y jóvenes de su sector si logra culminar la Educación Primaria, esta cambia en secundaria: “Los niños y adolescentes en su mayoría asisten a la escuela en el nivel primario; sin embargo, la asistencia femenina disminuye en el nivel secundario, porque muchas de ellas se convierten en madres, siendo los varones en mayor porcentaje quienes culminan el colegio”, relató el sacerdote.

Asimismo, el padre Walter sostuvo que existe un gran porcentaje de niños y adolescentes de su comunidad que presentan dificultades en su aprendizaje para rendir en las clases presenciales, debido a que no siguieron con las clases virtuales durante la pandemia por falta equipos e internet; y a ello, se suma la sobrepoblación que predomina en los colegios públicos de la zona.

De esta manera, el sacerdote junto a su comunidad parroquial ha realizado una serie de acciones para hacerle frente a este problema. Una de ellas fue la campaña “De vuelta al colegio”, animando a los niños a estudiar y realizando el reparto de útiles escolares.

“La parroquia cuenta con su propio Centro Técnico Productivo – CETPRO San Pedro, con distintas especialidades para capacitar a los jóvenes en determinadas áreas técnicas como la mecánica de motos, confecciones, pastelería, computación, electricidad, etc., a fin de que puedan acceder a un trabajo o de manera independiente puedan emprender algún pequeño negocio”, sostuvo el decano.

Asimismo, el padre Walter nos comentó que también cuentan con un Centro de Educación Básica Alternativa- CEBA Ricardo Palma, donde un grupo de adolescentes cursan estudios del nivel primario y/o secundario que no pudieron hacer en su momento; y el colegio parroquial, brindando becas integrales a estudiantes de bajos recursos que demuestren su potencial, esfuerzo y superación.

Para concluir, el padre Alcos nos invitó a unir esfuerzos en favor de nuestra niñez en favor de su futuro y el de nuestro país: “la Iglesia, la sociedad y la familia tenemos que unirnos para que nuestros niños y adolescentes estudien, asistan a la escuela, se formen en el colegio, porque queremos para el futuro próximo una generación de ciudadanos sanos, seguros y saludables. Debemos luchar y oponernos contra toda forma de trabajo infantil que conlleva a la explotación y abuso de menores, lo que constituye un pecado social.

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