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AIEC: Anunciar a Dios a través de la educación y formación humana

Más de 500 personas de la comunidad educativa de la AIEC, entre directores de colegios, docentes, alumnos y párrocos de colegios parroquiales, acudieron a la Catedral de Lima para participar de la Misa de Envío oficiada por Monseñor Carlos Castillo. El prelado manifestó, a la luz del Evangelio, que tenemos «la misión central de anunciar a Dios a través de la educación y la formación humana» que nos permite ver el «sentido hondo, cristiano y creyente que aportamos al mundo». (leer transcripción de homilía)

Al inicio de su homilía, Monseñor Castillo explicó que, cuando nos unimos en oración, «entramos en el Espíritu de Dios» que se manifiesta a partir de nuestra experiencia humana, no fuera de ella, porque «el Señor se encarnó en nuestra experiencia».

Por lo tanto, la formación que recibimos en la escuela nos permite comprender «el sentido más profundo de lo humano» que debe aplicarse en todos los ámbitos de la vida. «Por ejemplo, es muy importante calcular, pero si solamente calculamos y eliminamos todos los otros elementos de la vida, nos volvemos locos», afirmó el arzobispo.

Volver a los fundamentos, volver a Jesús.

Ante las autoridades de los colegios pertenecientes a la Asociación de Instituciones Educativas Católicas (AIEC), el obispo de Lima aseguró que venimos afrontando una «crisis de sentido» que demanda, de nosotros, la capacidad de «volver a los fundamentos», es decir, volver a Jesús y al Evangelio, para entender nuestra misión de «refrescar el sentido hondo, cristiano y creyente que aportamos al mundo».

Esta misión, implica, enfrentar las situaciones de contradicciones y polarizaciones que nos ocurren, para aprender a educar y vivir en la diversidad. «Eso es lo más evangélico que existe», resaltó el Monseñor.

La actitud pedagógica del Señor para resolver los problemas.

En alusión al Evangelio de Marcos (7, 24-30), que narra la curación de la hija de una mujer siria de Fenicia, el arzobispo de Lima destacó la actitud pedagógica que tiene el Señor para resolver un problema. Esta mujer, proveniente de un pueblo acostumbrado a maltratar a los campesinos galileos, le ruega a Jesús que saque al demonio que poseía a su hija.

El Señor, que conoce bien el enfrentamiento cultural e histórico de estos pueblos, comprende que, para educar e introducir el Reino de Dios, «es necesario superar los prejuicios y los maltratos», en ambos lados, porque Dios se esconde dentro de la vida de las relaciones culturales y humanas.

El modo de proceder de Jesús permite que la mujer muestre un cambio de actitud. Esto significa que las palabras del Señor nos interpelan, de igual forma que la educación suscita que la gente exprese un nuevo pensamiento y una nueva idea. Por eso, todas las personas comprometidas por la educación deben ser capaces de desarrollar «una educación suscitadora, de reflexión y expresión», y no una educación bancaria que reduzca todo a unos cuantos conceptos.

El Señor sabe enseñar teniendo en cuenta el sufrimiento humano, pero también considera el sufrimiento humano contextualizado que, a veces, se mulitplica por los prejuicios históricos que hemos acumulado.

Dirigiéndose a toda la comunidad educativa de la AIEC, Monseñor Castillo recordó que la misión principal de la Iglesia no solo consiste en resolver las necesidades inmediatas (compartir el alimento, acompañar al enfermo, alentar), también debe «abrir paso a un lenguaje distinto, donde la gente se trate con cariño y reconozca la grandeza del ser humano».

La AIEC es toribiana y misionera como nuestro fundador. Que el testimonio de Santo Toribio nos inspire a anunciar la hondura de la fe y el sentido profundo de las cosas, para hacer posible el hermanamiento y la pacificación en nuestro país.

La Misa de Envío presidida por el arzobispo de Lima contó con la participación de las siguientes instituciones: Colegio Nuestra Señora de Montserrat, Colegio Reina de las Américas, Colegio Nuestra Señora de Cocharcas, Colegio Virgen del Rosario, Colegio San Francisco Javier y el Colegio San Ignacio de Loyola.

También acudieron las autoridades y alumnos del Colegio Apóstol San Pedro, Colegio San Juan María Vianney, Colegio Santa Rosa de Lima, Colegio San Norberto, Colegio San Ricardo, Colegio Santísimo Nombre de Jesús y el Colegio Santiago Apóstol.

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