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Este Viernes Santo, el Sermón de las siete palabras reunió a cientos de fieles en la Basílica Catedral de Lima. Cada palabra fue un mensaje de unidad, conversión, servicio y esperanza en el amor gratuito de Dios:

Primera palabra:

«Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen»

Prédica de Mons. Carlos García, Obispo de Lurín

Necesitamos mucho el Viernes Santo para aprender lo que significa vivir en el amor y la obediencia, una obediencia que se refleje en actitudes concretas como el perdón.

¿Pero es fácil perdonar? Para algunos será fácil, para otros no,  sin embargo, es tan necesario para la convivencia social, para que las familias avancen, para que los seres humanos nos entendamos, y para que en nuestro Perú podamos salir adelante.

Esta palabra (perdón) se cobija y reposa en otra palabra que se llama amor ¡Qué poco puede perdonar el que no ama!

Un perdón que nazca del amor y no del orgullo, porque hay que amarnos los unos a los otros. ¡Qué importante es que nos amemos y sintamos más cercanos!

Es el Señor que a través de esta palabra nos invita a una vida mejor. Gracias Jesús porque a través de estas palabras nos das esperanza, y la esperanza se llama perdón.

Segunda Palabra:

“Hoy estarás conmigo en el paraíso”

Prédica de Mons. Juan Carlos Vera, MSC, Obispo Castrense del Perú

Jesús no quiere perder a ninguno de nosotros, pero espera tres palabras fundamentales que quiere escuchar: “Dios mío perdóname”. Cuando nosotros somos capaces de reconocer y pedir perdón, Dios en su infinita misericordia comienza a trabajar, comienza a transformar.

Dios nos quiere, comprende nuestra fragilidad humana, Dios entiende que podemos fallar y cometer errores, pero respeta nuestras decisiones.

La muerte de Jesús no es una muerte que nos condena, es ejercer una responsabilidad que nos lleva a tomar decisiones de un verdadero cambio. Entonces cuando esto sucede estamos iniciando ese camino con la ayuda de Dios, superar y dejarnos guiar para heredar la patria eterna del Padre, porque somos una fórmula de tres cosas: cuerpo, alma y espíritu.

Tercera Palabra:

«He aquí a tu hijo, he aquí a tu madre»

Prédica del Padre Juan Bytton, SJ, Capellán de la Pontificia Universidad Católica del Perú

Jesús nos está enseñando a mirar. No se trata de voltear la cara y mirar a otra parte, sino mirar la realidad para que acogiéndola la convirtamos en un relato de amor. Cuando vemos la realidad con ojos de misericordia, la realidad se puede convertir en un relato de amor porque somos creados por un Dios que es amor.

Cuando leemos este evangelio descubrimos un detalle: en el griego original las palabras del evangelista San Juan «Mira a tu hijo, mira a tu madre«. La fe es aprender a mirar como nos mira Dios.

¿Y cómo miramos a la realidad? ¿Cómo miramos a nuestros vecinos, compañeros de trabajo y amigos? ¿Miramos con ojos de acogida o de desprecio? ¿Con respeto o con envidia? ¿Miramos para dar libertad o para poseerla? ¿Miramos para condenar o perdonar?

Lamentablemente en nuestro mundo y nuestro país existen miradas de odios, maltrato y acoso; y bien sabemos que como miramos a los demás, así los tratamos. Desde la cruz Jesús nos enseña a mirar con misericordia y compromiso.

Mirar con sinceridad es acoger. Es el segundo momento crucial de este pasaje bíblico: acoger a los que sufren, acoger como peruanos y peruanas a los que piden ayuda, abrir las puertas de nuestro corazón para acoger.

¿Cómo recibimos a las mujeres? ¿A los hijos? No podemos cerrar los ojos y dejar de mirar la realidad. Nos estamos matando entre peruanos, y por eso debemos decir: ¡Basta de hacer de la violencia un estilo de vida!

Señor enséñanos a mirar como tú nos miras, acoger como tú nos acoges, a sentir como tú, porque estando a tu lado nada de lo esencial nos falta. Ayúdanos a construir una Iglesia como tú quieres que sea, un espacio de encuentro y sanación para todos. Salir de nosotros al encuentro de todos, pero especialmente de los que están más lejos, parientes, amigos, enemigos, aquellos que con nuestras acciones hemos alejado.

Regálanos Padre bueno el don de la paz, la tolerancia y el respeto, para que seamos artesanos y artesanas de paz. Que construyamos un Perú de todas las sangres, erradicando todo tipo de violencia.

Cuarta Palabra:

«Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?»

Prédica del Mons. Ricardo Rodríguez, Obispo Auxiliar Electo

Cristo hoy nos dice dos veces ¡Dios mío!, y pronuncia una palabra que encarnamos mucho en algún momento de nuestra vida: abandono. “¿Por qué me has abandonado?”.

Hemos escuchado con frecuencia este grito, esta línea que aparece en el evangelio nos recuerda no solamente las palabras de Cristo, nos recuerda y nos trae al presente las palabras del hombre.

Las palabras de Cristo son las palabras del hijo de Dios hecho hombre, son las palabras del hombre, de aquel con quien conversamos cada día, las palabras de aquel al que vemos sufrir cada día, pero también las palabras del hombre que tiene esperanza.

Esta palabra que hoy escuchamos se debe entender en el conjunto de la predicación de Cristo, no se puede pretender arrancar las palabras de la cruz y reflexionarlas al margen de lo que Jesús dijo toda su vida, no se puede.

El mensaje de Cristo llega a su máxima expresión en la cruz, pero no comienza en la cruz ni termina en la cruz, el mensaje de Cristo llega a su máxima expresión porque en la cruz se resume todo lo que Él nos enseñó: servir, escuchar, hablar con Dios, ser humilde, perdonar, ser hermano.

Solo Dios con su misericordia infinita nos puede devolver esa humanidad y sensibilidad que estamos perdiendo cuando nos alegramos por la desgracia de otros. La soberbia, la ira nos nubla el corazón. Veamos a Cristo en la cruz y contemplemos a la luz del amor, no del dolor.

Quinta Palabra:

«Tengo sed» 

Prédica del Padre Rodolfo Luna, OP, Director de Radio Santa Rosa

Somos finitos, con sed de infinitud, estamos en camino de ser el hombre pleno que eres tú Señor. Nosotros somos peregrinos y tú el punto de nuestra llegada, el hombre nuevo que seremos, tremendamente angustiosa que es la sed de tu cuerpo deshidratado, tan inferior a esa otra sed que tú tienes, sed de que todos te amemos y en tu amor lleguemos a ser uno, como tu y el Padre lo son.

Tengo sed es un grito permanente, oculto bajo la dolorosa forma de los más necesitados. En ello estamos llamados a servirte, y en dicho servicio nos jugamos la vida.

Tú tienes sed de que tengamos sed de servir al hermano hambriento, sediento, desnudo, enfermo y prisionero.

Tengo sed también es un grito de agonía en el enfermo que no es tratado con dignidad en los hospitales porque no hay medicina para atender sus males o por la falta de humanidad.

Tengo sed es un grito permanente del clamor de tantas personas en los pasillos del Poder Judicial que esperan un juicio justo. Es un grito de aquellos encarcelados que están esperando la sentencia de un tribunal de justicia que no aceleran los procesos porque no les interesan los pobres.

Tengo sed es el grito de las mujeres maltratas de distintas maneras, burladas y agredidas por la indiferencia de los varones, madres abandonadas que buscan la manera de llenar la olla, mujeres que pierden el trabajo porque no son complacientes con sus empleadores.

Creer en el Señor es calmar nuestra sed, calmar nuestras ansias que nos llevan a desorientarnos en la vida, a ambicionar cosas dejando lo demás sin nada, tanta injusticia, tanto problema de usar mal los recursos que tenemos que son para todos, tanto egoísmo, tanta sed que no se calma.

Sexta Palabra:

«Todo está consumado»

Prédica de Fr. Alejandro Wiesse, OFM, Superior Provincial de los Franciscanos.

El proyecto de Dios es que tengamos vida, y la tengamos en abundancia, por tanto debemos contribuir a este proyecto de Dios ¿Cómo contribuir? Que nuestra vida genere vida, que nuestras acciones lleven vida a los que están muriendo, que nuestra palabra sea un aliento para aquellos que necesitan, una palabra que les anime.

Que nuestra vida consuele al enfermo, consuele al que sufre, que nuestra mano levante al que está caído, porque el proyecto de Dios es que haya vida, y que haya vida en abundancia. La voluntad de Dios es amar como el Señor hasta el extremo.

Dios quiere una vida plena para nosotros. El proyecto de Dios es la vida de Jesús, el hijo que estaba con el Padre y descendió para hacernos ascender con él.

La voluntad de Dios se refleja en la vida de Jesús, sus acciones y palabras. Todo aquel que se acerca al Señor se ha llevado vida en abundancia, quien estaba muerto ha resucitado, quien estaba enfermo fue curado, quien lloró fue consolado, quien lo escuchó ha encontrado su vocación.

Jesús nos dice que todo está cumplido porque con él se ha creado una nueva humanidad, se ha formado una nueva familia.

Sétima Palabra:

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»

Prédica de Mons. Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú.

Jesús murió a cielo abierto, en la calle, en medio del mundo para que todos podamos acceder a él dando confianza, permitiendo que todos los seres humanos tengamos libre acceso a Dios, que no excluye a nadie porque todos somos sus hijos.

La voluntad de Dios es incluir a todos, por ello quiebra el exclusivismo de una cortina que separaba, y nos une, nos hace pasar de enemigos a amigos, de separados a integrados, del clericalismo a la comunidad viva de hermanos porque somos hijos.

Todos somos palabra de Dios porque hemos sido generados por palabra. El ser humano es un poema de Dios, el más lindo poema, hombre y mujer; y por tanto, estamos llamados a decirnos siempre palabras que nos aprecien, no que nos desprecien.

Dios nos regenera otra vez como su pueblo por la palabra, ese Dios que habla con nosotros y se revela por medio de una conversación. Necesitamos ser recreados y renacer de la palabra.

Estamos tan dañados de problemas, corrupciones, crisis humanas, tantas heridas y evasiones a lo que es justo, pero dañados podemos ser curados por la palabra. Por eso, el Señor quiere una Iglesia que escucha, un cristianismo inteligente y meditativo.

Dios suscita con su amor la capacidad de comprender la vida en situaciones difíciles. Dios es padre y madre , y consuela al hijo cercano que nunca se fue de él.

Somos un pueblo conversador, inquieto por contar sus historias, por eso nos hace bien reconciliarnos y hacer que el Padre resplandezca como fuente de vida.

En tus manos:

Cuántas manos de ustedes saben recoger los dolores de las personas y tocar las heridas de cada uno para curarlas. Esas son las manos de Dios que nos formó del polvillo de la tierra y que sopló para que el hombre y la mujer vivieran como verdaderos hijos.

Hoy las manos de Cristo clavadas en la cruz, que son las manos de Dios, nos van a curar las heridas. Que esas manos no sirvan para destruir a nadie ni destruirse a sí mismo.

Encomiendo:

El gran valor del espíritu de Jesús lo da al Padre, con la esperanza de resucitar en la vida plena de Dios Padre, a quien siempre vivió.

Mi espíritu:

Jesús entrega su espíritu para que fuera entregado a todo ser humano, y el espíritu divino de amor permanezca en la humanidad. Dejemos que el espíritu de Jesús entre en nosotros y nos haga revivir en su amor, en su justicia y en su paz.

En el Sermón de las 3 horas estuvo presente la imagen del Señor de los Milagros de Nazarenas, quien recorrió las calles de Lima desde las 6.00 am.

El Arzobispo de Lima Carlos Castillo Mattasoglio presidió este Jueves Santo en la Catedral de Lima la Cena del Señor.

“Hermanas y hermanos este es un día enormemente profundo porque las misas que celebramos todos los domingos se fundan en este día. A esta hora Jesús quiso celebrar la última cena con sus discípulos, y eso es lo que hacemos todos los domingos, celebrar esta última cena que se realizó el día anterior a la muerte de Jesús», comentó.

La última cena se realizó como un acto profético, como un anuncio de lo que Cristo vino a hacer en este mundo «anunciarnos su amor, anunciarlo por las aldeas de Galilea en medio de la vida de los pobres y sencillos del mundo, y fue a Jerusalén a anunciar el evangelio en el centro de un poder que no quiso que se siguiera anunciando, y que entonces combatió hasta el último para desaparecerlo y acabar con él».

Dios es amor y solo amor

En ese mundo de poder «resultaba peligroso decir que Dios es amor y, por lo tanto, ese amor nos lleva a dejar poderes, ambiciones y maltratos, nos enseña a mirar con los ojos que Dios nos ha dado y están hechos para apreciar, con las manos que están hechas para ayudar y abrazar, con los odios que están hechos para consolar y escuchar los dolores de los demás, y para sanarnos con las manos y el corazón nuestras heridas y ayudarnos mutuamente».

«Ese poder aún está hoy presente en el mundo y en la Iglesia, y estamos llamados nuevamente a celebrar esta última cena para renovar en nosotros que Dios es amor y solo es amor»

Y ese amor «es también justicia, porque Dios cuando nos ama hace el acto más grande de justicia con la humanidad que Él creó para ser feliz, y que prometió hacer feliz anunciando la bendición  y cumpliéndola con su Palabra el Viernes Santo».

Servir, animar y alentar

En el mismo momento que Jesús instituye la Eucaristía, en ese mismo lugar el evangelista Juan cambia «porque vio otra cosa que también sucedió en la última cena«. Jesús se levantó de la mesa y tomando un lavatorio, quitándose el manto empezó a lavarle los pies a sus discípulos.

¿Que quiere decir eso? Monseñor Castillo nos explica que «cuando compartimos el pan y vino para participar del cuerpo y sangre del Señor nos convertimos en servidores. No solo es un alimento del alma, es un alimento para actuar con nuestro cuerpo como servidores».

Para eso estamos aquí hoy, para renovar la humanidad mediante el servicio, especialmente a los que sufren, y nadie como discípulo puede ser verdaderamente cristiano si no recibe a Dios como servidor

Por lo tanto, ser cristianos es «usar el cuerpo para servir, animar y alentar, no para violar ni maltratar a nadie, no para destruir a las personas, no para destruirse a sí mismo, sino para hacer lo que ese cuerpo y esa sangre significa: entregar la vida por los demás, comprender y alentar la vida de los demás, y ayudarnos mutuamente a vivir en paz».

Lavatorio de los pies

Ante este signo de servicio y humildad, el Arzobispo de Lima expresó lo siguiente:

«En esta Cena del Señor queremos hacer un signo de servicio mínimo pero significativo, para que en el mundo digamos que somos servidores de todas las personas que luchan y viven en dificultad. Tenemos en cuenta especialmente a los que sufren situaciones terribles de miseria, pobreza, malestar, guerra, odio.

Hoy hemos invitado a algunas parientes de personas que han desaparecido por obra del feminicidio. Recordamos todos a esa niña asesinada en uno de nuestros distritos, e inclusive durante un tiempo tuvo el encubrimiento de las autoridades. Sus padres todavía sufren el dolor de lo que ha significado su desaparición.

Conocemos también cómo una persona ha sido maltratada simplemente porque alguien dijo: «Tú eres mía y si no eres mía te destruyo, te mato». Ese pecado que llena nuestra sociedad es la violencia y la violación de las personas. Debemos unirnos todos como peruanos y como Iglesia para que eso no ocurra.

Y por eso queremos lavarles los pies como signo para comprometernos todos como Iglesia a ayudar, a reparar todas las heridas, a erradicar el machismo que destruye completamente el signo más importante que ha dado Dios: la persona humana, que debe ser cuidada.

Asimismo, les hemos pedido que vengan algunos hermanos nuestros que han migrado a nuestro país y ya son cerca de un millón. Queremos lavarle los pies a ellos para que se recuerde en el mundo que los países están obligados a realizar cambios importantes en su manera de actuar para que cada pueblo viva feliz, para ponernos en su lugar, ser compresivos, misericordiosos y acogerlos.

También hemos llamado a algunas personas que pertenecen a uno de esos grupos católicos que se bufonean de ser perfectos, y que han maltratado por años y han desesperado a personas inútilmente, con actitudes destructivas, autoritarias, maltratadoras. A ellos víctimas de formas religiosas que deben desaparecer de la Iglesia, vamos a lavarle los pies pidiéndole perdón a nombre e la Iglesia por lo que hemos permitido.

Hemos pedido a unos jóvenes y niños que nos permitan lavarles los pies, porque normalmente son los más maltratados de nuestra sociedad, marginados y utilizados de diversas maneras. Todos recapacitemos para dar vía abierta a los jóvenes, porque necesitan de la Iglesia como un espacio juvenil para que la Iglesia renazca con alegría».

Acompañado de sacerdotes, párrocos, seminaristas y una multitud de fieles, el Arzobispo de Lima Carlos Castillo presidió la Santa Misa Crismal en la Basílica Catedral de Lima. En esta celebración se renuevan lo votos sacerdotales, se consagra el santo crisma, el óleo de los enfermos y el óleo de los catecúmenos.

«Hermanos y hermanas, especialmente hermanos en el sacerdocio. En este pueblo sacerdotal que formamos, venimos a iniciar nuestro triduo pascual, pidiéndole al Señor que nos suscite dentro de esta semana todas esas cualidades profundas de Jesús, que caminó haciendo el bien y, que en esta semana decisiva, fundó para nosotros el corazón de nuestra fe«.

Dios quiere vivir y morar en nosotros

Durante la homilía, Monseñor Castillo se dirigió a todo el presbiterio para recordar que “Jesús funda nuestro sacerdocio y hace posible que toda la capacidad de ungir se deposite en nosotros para transparentarla y darla, no para reservarla como si fuera una caja de ahorros, un tesoro que no se puede compartir con nadie. No somos negociantes de la unción, somos transmisores fieles de la unción del Señor y de su espíritu”.

«Yahvé es el Dios de Israel que vino a entregarse por nosotros gratuita y generosamente. Ese Dios quiere vivir y morar en nosotros. Por esa razón cuando el Señor dice que el ‘Espíritu de Dios está sobre mi porque me ha ungido’, no solamente ha estado sobre él, sino que ha penetrado y se ha realizado una maravilla«, añadió.

Ungidos para ungir

Monseñor Castillo manifestó que “el día de hoy el Papa Francisco al decir que somos ungidos para ungir. Ha dicho que los sacerdotes tenemos tres gracias: la gracia del seguimiento del pueblo, la gracia de la maravilla del pueblo y la gracia del discernimiento del pueblo”.

“Dios permanece en la persona y siempre es fuente de esperanza para ella, es el Dios que nunca se separa de nosotros. Si no acompañamos a nuestro pueblo, entonces no somos verdaderos sacerdotes. Por eso les pido que juntos nos ayudemos a superar el clericalismo que el Papa Francisco viene denunciando«, agregó.

Seguir y amar al pastor

Por su parte, Monseñor Nicola Girasoli, Nuncio Apostólico del Perú, señaló que “seguir y amar al pastor, es seguir y amar a Jesús, por eso el Papa hoy en la Basílica de San Pedro nos ha dicho que amemos y sigamos a nuestros pastores, y estamos felices porque hoy por primera vez Monseñor Castillo ha presidido la Misa Crismal, y todos nos comprometemos a seguirlo, pero sobretodo a quererlo y amarlo”.

Finalmente, Mons. Girasoli presentó a los dos Obispos Auxiliares Electos de Lima, Mons. Guillermo Elías y Mons. Ricardo Rodríguez: «Estamos agradecidos con el Papa Francisco porque acaba de nombrar a nuestros dos Obispos Auxiliares. Son sacerdotes del clero diocesano, son sacerdotes hermanos entre hermanos, y ayudarán a nuestro Arzobispo».

«Hoy el Papa nos ha dicho que el pueblo sacerdotal, el pueblo de reyes, es un pueblo que sigue y ama al pastor, y nosotros nos comprometemos delante de Dios a seguir a nuestro arzobispo Carlos. Seguir y amar al pastor es seguir y amar a Jesús«, agregó.

Acompañado del pueblo de Dios, Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, presidió la Santa Misa de Domingo de Ramos que da inicio con las actividades religiosas de Semana Santa.

A diferencia de otros años, el rito de la Bendición de Ramos tuvo lugar en la Plaza Mayor. Hasta aquí se congregaron decenas de ancianos, jóvenes y niños.

Jesús gobierna nuestro ser

“Sólo el que ama puede gobernar, y Jesús gobierna nuestro ser, nuestros corazones, sentimientos y decisiones. Aprendamos a ser un pueblo fiel y solidario que reconoce el valor del otro y sigue adelante”, comentó Monseñor Castillo.

Evidentemente emocionado ante la multitudinaria asistencia de fieles, el Arzobispo de Lima exhortó a la población que “acompañemos al Señor en su camino” para “identificarnos con él y a comprender toda la tragedia humana del mal y de la injusticia, pero también la esperanza humana de la verdad y del amor que nos trae consigo Jesús”.

Servir a los que sufren

Durante la homilía agregó que en “este Domingo de Ramos recordamos la vida de Jesús que caminó haciendo bien y predicando que el reino de Dios está cerca y no lejos. Un reino que es amor y no abandona a su pueblo, especialmente a los desvalidos“.

Monseñor Castillo señaló que “recordar el acontecimiento que nos dio la salvación, significa introducir en el corazón aquello que es el fundamento y origen de nuestra fe. Tenemos un Dios que es amor y que no abandona a su pueblo, un Dios que tiene compasión de la gente y no se ríe de la gente ni la maltrata”

Debemos ser signo de esperanza para la humanidad. Servir a todos los que sufren, a los que viven en situaciones difíciles. Entren en la dinámica del servicio, compórtense como el menor, como el que sirve, no sigan comportándose como los que quieren ser servidos en las mesas“, añadió.

Contra la violencia y el machismo

En otro momento, Castillo aseguró que “la violencia ocurrida hace tantos años en nuestro país” fue trasladada “a las mujeres víctimas que sufren las consecuencias de una cultura machista que destruye nuestro ser y destruye la fuente inagotable de la belleza femenina que tiene para darnos siempre vida y esperanza”.

“Basta ya de pederastia, de grupos que en la Iglesia destruyen la dignidad de la personas. Dedíquense a reparar las heridas, no a acentuarlas”, exhortó.

Las actividades de Semana Santa inician este 14 de abril con el Domingo de Ramos y la tradicional bendición de palmas, rememorando la multitudinaria entrada de Jesús a Jerusalén. A continuación compartimos el cronograma de actividades que se realizarán en esta fecha tan especial para la Iglesia:

Bendición de ramos

La celebración de Domingo de Ramos inicia con la bendición de palmas a partir de las 10:30am en la Plaza de Armas. Posteriormente se dará inicio a la Santa Misa en la Basílica Catedral.

Rezo del Rosario

A las 5:00pm se realizará el rezo del Santo Rosario en el Atrio de la Basílica Catedral. Para esta ocasión nos acompañarán diferentes delegaciones parroquiales, hermandades y movimientos eclesiales. Se trata de una hermosa oportunidad para que revivamos nuestra fe en compañía de todo el pueblo.

A la cita llegarán las siguientes imágenes procesionales que recorrerán el perímetro de la Plaza Mayor:

  • Señor del Huerto
  • Señor de la Caña
  • Señor Cautivo
  • Señor de las Caídas
  • Señor de Burgos
  • N. Sra. del Mayor Dolor

Los invitamos a sumarse a esta Semana Santa compartiendo el hashtag #LimaLevántate en las redes sociales.

Bajo el lema: “Lima, a ti te digo ¡Levántate!, el Arzobispado de Lima presentó en conferencia de prensa el cronograma de actividades para esta Semana Santa (leer actividades)

“Cada año como Arzobispado, somos convocados para la Semana Santa, que antiguamente era conocida como la Semana Mayor, donde recordamos y rememoramos la entrada de nuestro señor a Jerusalén y su calvario hacia el Gólgota, renovando así la fe de todos los fieles”, comentó elpresbítero César Ore, Vocero de Semana Santa 2019.

Al mismo tiempo, la Gerente de Defensa Civil y Gestión de Desastres, Zara Santillán, manifestó que “se vienen realizando visitas a las principales iglesias donde se celebrará la Semana Santa. Se contará con la presencia de brigadistas y voluntarios, que reforzarán las actividades donde se tenga mayor concentración de fieles. Los puntos de evacuación estarán destinados al frente de cada templo, todo está debidamente coordinado para salvaguardar la integridad de los fieles”, agregó.

Por su parte, el Mayordomo general de la Hermandad del Señor de los Milagros, Manuel Orrillo, presentó el recorrido del Cristo Moreno hacia la Catedral de Lima afirmando que “este año se tiene previsto un recorrido ligero, para no interrumpir el tránsito. Se partirá desde el Monasterio Las Nazarenas, pasando por los jirones Huancavelica, Lampa y Carabaya, hasta la Catedral de Lima”.

Actividades de Semana Santa 2019

Las actividades religiosas inician este domingo 14 de abril con la tradicional bendición de palmas en la Misa de Domingo de Ramos prevista a las 10:00 am. Más adelante los invitamos a participar del rezo del Rosario en la Basílica de la Catedral de Lima.

El jueves 18 de abril se realizará la Misa Crismal (9:00 am) y la celebración de la Cena del Señor (18:00 pm), mientras que el viernes 19 de abril el Señor de los Milagros recorrerá las calles de Lima desde las 6:00 am y llegará a la Catedral de Lima para ser parte del Sermón de las tres horas.

El sábado 20 de abril a las 20:00 horas se llevará a cabo la Vigilia Pascual, y finalizará el domingo 21 de abril con la Misa de resurrección a las 11:00 horas.

Central telefónica
(511)2037700