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El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo participó en el tradicional encuentro de Cargadores y Sahumadoras de la Hermandad del Señor de los Milagros con una charla magistral que tuvo lugar en el auditorio del Colegio Claretiano.

«Quisiera agradecerles infinitamente esta acogida, porque nunca he sentido tanto que somos hermanos los cristianos como el día de hoy. Y somos hermanos porque Jesús crucificado, el Señor de los Milagros, vino para mostrarnos el rostro amoroso del Padre», comentó al inicio de su ponencia.

Cuando nos reunimos los hermanos, siempre la palabra nos reúne porque el Señor ha querido comunicarse con nosotros

Y recordando el camino peregrino de Santo Toribio de Mogrovejo, segundo Arzobispo de Lima, Mons. Castillo señaló que «la vida del creyente es una relación viva en el camino de las personas, en el camino de la gente».

Una Iglesia donde todos tengamos cabida

A pesar de vivir en una sociedad «apurada» y sin tiempo para «entendernos, para comprendernos, para apoyarnos, y para amarnos», el sentido de la hermandad se instituye como un «principio» que nos permite resistir a un modo de vivir que «despedaza todo».

Necesitamos pensar juntos en «una sociedad donde todos tengamos cabida y nos conozcamos más». No se puede cambiar algo desde el desconocimiento, y para eso se requerimos del esfuerzo mutuo para comprendernos y «establecer relaciones, formas de sociedad y de Iglesia en donde todos podamos caber».

Para que nuestros cultos, procesiones y tradiciones no se conviertan en un «formalismo» que repetimos sin sentido, el obispo de Lima precisa que debemos aprender a «leer los signos de los tiempos actuales» y actuar según lo que nos inspire el Señor para vivir la fe con libertad.

No hay libertad sin la relación personal con el Señor

Dirigiéndose a los miles de miembros que forman parte de la Hermandad del Señor de los Milagros, Mons. Castillo recordó que, además de cargar el anda del Señor de los Milagros, también tenemos que «cargar con la vida familiar», de lo contrario, nos quedaríamos únicamente con los esquemas y ritos repetitivos que nos impiden ser verdaderos cristianos:

«En un mundo donde todo es interés y donde todo se compra y se vende, corremos el riesgo de tener una religiosidad de la compra y la venta: ‘yo ya te puse velitas, yo ya cargue entonces ¿dónde están los milagritos?’ – eso es pagano, eso viene de las tradiciones religiosas que siempre intercambiaban», acotó.

Sin la relación personal con el Señor no tenemos libertad. Nos acostumbramos a un esquema, a unos ritos, y necesitamos vivir en libertad la fe

«La mejor manera de rendir culto y de alabar al Señor es siendo nosotros un milagro para los demás, para nuestros hijos, para nuestros barrios, para nuestro pueblo, para nuestro congreso, para nuestra dirección nacional, para todos los problemas que tenemos como peruanos».

Este 2019 es un año importante para el Apostolado del Rosario en Familia: se cumple el 25 aniversario de su fundación y trabajo ininterrumpido al servicio de la Iglesia peruana. “Nuestra misión es incentivar, promover y fomentar la oración en familia – comenta su director, el padre Elmer Caro.

El padre Caro nos recuerda que en cada misterio del Rosario podemos apreciar «toda la vida de Jesús acompañado de María». Como decía San Juan Pablo II «el Rosario es el compendio del Evangelio».

Nuestra labor es fomentar e inspirar la vida espiritual. Promover el bienestar espiritual en las familias, motivar la vida en oración.

El Apostolado del Rosario reconoce que en nuestra realidad la oración «se ha descuidado», y por eso vienen impulsando un trabajo arduo y valioso en la vida del cristiano: «cuando vamos a dar charlas y jornadas de oración siento que vamos impactando en la vida de esas personas» – añade.

Una iniciativa mundial con fuerza en el Perú

La historia del Apostolado del Rosario en Familia comienza en los años 80 con la visita del Padre Patrick Peyton, un misionero irlandés conocido por “su celo de motivar y fomentar el rezo del Rosario en familia” – recuerda el padre Elmer:

“El P. Patrick era miembro de la congregación de la Santa Cruz, vino a Perú en 1982 a fomentar esta motivación  e iniciativa de rezo del Rosario. Luego lo siguieron los hermanos de la orden Dominica, y finalmente lo asumieron los religiosos de la congregación de Santa Cruz en 1994”

En nuestro país, el Apostolado del Rosario en Familia se encuentra en diferentes zonas de Lima y provincia a través de sus centros de misión en la arquidiócesis de Arequipa y la arquidiócesis de Piura. Próximamente esperan inaugurar un centro de misión en la prelatura de Camaná.

Actualmente el equipo de trabajo del Apostolado del Rosario en Familia se divide en dos bloques:

  • El bloque administrativo: “aquí vemos todo lo que es parte laboral y documentos porque nosotros como apostolado nos debemos a un apostolado más grande, somos parte de una misión global que es una de la obras de Santa Cruz que se llama “Holy Cross Family Ministries” o Pastoral de la familia Santa Cruz”
  • El bloque de misión: “se conforma por un lado con el área de comunicaciones donde evangelizamos a través de las redes sociales, y el área de formación compuesto por un equipo de profesores que dan charlas a escuelas y grupos parroquiales para evangelizar».

Los misterios del Rosario son una oportunidad para «asociar experiencias de nuestra vida cotidiana» – destaca – «cuando sentimos alegría podemos identificarnos con los misterios gozosos, o en momentos de dolor y duda podemos hacerlo con los misterios dolorosos”.

Si quieres conocer tu fe, conoce el Rosario.

Desde el Arzobispado de Lima expresamos nuestro afectuoso saludo a toda la comunidad del Apostolado del Rosario en su 25 aniversario. Agradecemos el servicio desinteresado que ofrecen a la Iglesia peruana. ¡Muchas felicidades!

«Dios bendiga a nuestro pueblo. Señor de los Milagros, ayúdanos a caminar contigo hacia la tierra prometida de un país próspero, bueno, justo y pacífico», fueron las palabras del Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo durante la bendición inicial antes del primer recorrido tradicional del Señor de los Milagros por las calles de Lima.

Refiriéndose a la lectura del Libro del Génesis 12: 1, Mons. Castillo explicó que «salir de nuestra tierra» representa un llamado de Dios a «salir de nuestros mundos y nuestras estrecheces» para abrirnos a caminar hacia la tierra que «el Padre nos muestra», y aprender juntos a «vivir como Dios nos pide».

El Arzobispo de Lima recordó que somos creados a imagen del «amor de Dios»«Dios nos ama, nos acompaña y nos alienta, nos bendice». Y nosotros hemos de aprender a vivir según ese amor.

«Dice el Señor que “saliendo” nos va a hacer una nación grande así como se lo dijo a Abraham – prosiguió –  pero para ello nos dice: ¡sé tú una bendición!, tú eres el portador de la bendición, cada uno de nosotros, y bendecir es actuar como Dios nos dijo, o sea actuar el bien».

Nosotros que en este mes pedimos milagros a nuestro Señor de los Milagros le pedimos también, como Dios le pidió a Abraham: Peruano y peruana, limeño y limeña ¡Sé tú un milagro para tu pueblo!

Un sentimiento profundo de amor que nos acomune

El Primado del Perú también señaló que nuestro país necesita del esfuerzo y la colaboración de todos para «renunciar a nosotros mismos» y buscar la comprensión mutua, corrigiéndonos y apreciándonos en la diferencia de lo que somos: «la maravilla de ser creados así por Dios, para hacer de este pueblo variopinto, lleno de culturas y sentimientos distintos, un sentimiento de amor que nos acomune».

Imagen del Señor de los Milagros llegó a los exteriores del Arzobispado de Lima

«El Perú lo exige urgentemente – añadió – y le pedimos al Señor que nos haga un milagro para los demás, especialmente para los que más sufren, y sobre todo los que sufren las consecuencias de la corrupción, y los que están esperando cada día que reparemos las heridas que hemos creado».

El próximo recorrido del Señor de los Milagros está previsto para el viernes 18 de octubre a las 6.00 a.m. desde el monasterio de Las Nazarenas.

A propósito del Día Internacional de las Lenguas de Señas, en el Arzobispado de Lima queremos compartir la oración del Padre Nuestro y Ave María en lengua de señas:

El 23 de septiembre se celebra el Día Internacional de las Lenguas de Señas, proclamado por la ONU en noviembre de 2017.

Desde hace varios años la comunidad Remando con personas especiales (REMPES) viene colaborando en las misas dominicales de la Basílica Catedral de Lima para transmitir la celebración eucarística en lengua de señas.

El rito inicial, la liturgia de la Palabra, la liturgia eucarística, el rito de despedida, las oraciones y cánticos son traducidos en lengua de señas por un grupo de mujeres anónimas que contribuyen a hacer de nuestra Iglesia más cercana, inclusiva y en salida a todas las realidades.

Día Internacional de Lengua de Señas

Según la Federación Mundial de Sordos, existen aproximadamente 72 millones de personas sordas en todo el mundo. Más del 80 % vive en países en desarrollo y como colectivo, utilizan más de 300 diferentes lenguas de señas.

Estamos llamados a ir contra la corriente, luchando sobre todo para que siempre esté protegido el derecho de cada hombre y cada mujer a una vida digna

Mensaje del Papa Francisco en el 60° Día Internacional de las personas sordas

Actualmente en el Perú se estiman que hay alrededor de cincuenta mil hablantes de lengua de señas peruana en distintos dialectos (Lima, Huanta, Iquitos, Cuzco y Chiclayo). Como toda lengua, posee su propia sintaxis, gramática y léxico, diferentes de las lenguas orales en el Perú.

«Somos voluntariado Cáritas Lima, somos amor que se dona», es el llamado que hacen los voluntarios Cáritas Lima. Aquí te contamos cómo ser parte de esta hermosa experiencia de ayuda humanitaria:

Álvaro Rodas Pittar y Eva García, jóvenes del Voluntariado Cáritas Lima

«Los voluntarios de Cáritas Lima, llamados por el Arzobispado de Lima, ofrecemos la más importante de las ayudas, donamos el amor que recibimos de Jesús, un amor que se expresa en acciones concretas hacia nuestro prójimo más necesitado y al cuidado de la Casa Común», comentan Álvaro Rodas Pittar y Eva García Castillo, dos jóvenes que participan de forma desinteresada en los Voluntarios Cáritas Lima.

Así como ellos, tú también puedes formar parte del voluntariado de Cáritas Lima, presto a irradiar la caridad y la solidaridad de Jesús mediante actividades de ayuda a los que más lo necesitan.

¿Cómo ser parte del Voluntariado Cáritas de Lima?

Para obtener más información puedes visitar la página de Facebook de Cáritas Lima. Asimismo, puedes visitar la web oficial de Cáritas Lima para acceder al Programa de Voluntariado y descargar gratuitamente el material de guía en PDF.

«Queremos que ustedes puedan tener una experiencia de servicio única, la experiencia de ver el rostro de Jesús en los demás. ¡Tú también puedes ayudar a replicar todas estas acciones en tu parroquia!», indica el mensaje.

Cáritas Lima tiene como principal misión el servicio de la caridad y la solidaridad, animando, acompañando y comprometiéndose a la luz del Evangelio y desde la Doctrina Social de la Iglesia en el proceso de transformación de la sociedad peruana en orden al bien común.

El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo, junto a los dos obispos auxiliares de Lima, Mons. Guillermo Elías y Mons. Ricardo Rodríguez, tuvieron un saludo fraterno con el Papa Francisco al término del Curso Anual de Formación para los Nuevos Obispos que se realizó en Roma del 4 al 12 de septiembre.

Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo en encuentro fraterno con el Papa Francisco

Esta mañana, los pastores de Lima participaron de la celebración eucarística en la Basílica de San Pedro presidida por el Cardenal Marc Ouelett. Al término el Papa Francisco se reunió junto a los 105 nuevos obispos del mundo nombrados en el último año por Su Santidad.

La delegación peruana está conformada por seis nuevos obispos: Mons. Carlos Castillo (Arzobispo de Lima y Primado del Perú), Mons. Guillermo Elías (obispo auxiliar de Lima), Mons. Ricardo Rodríguez (obispo auxiliar de Lima), Mons. Giovanni Cefai (obispo de Huancané-Arequipa), Mons. Ciro Quispe (obispo de Juli-Puno), y Mons. Timoteo Solórzano (obispo auxiliar de Trujillo).

Mons. Guillermo Elías, Mons. Ricardo Rodríguez, y Mons. Carlos Castillo saludaron al Papa Francisco

En su mensaje dirigido a los nuevos obispos (leer discurso completo), Francisco recordó que «la cercanía a Dios es la fuente del ministerio del obispo»:

«Dios nos ama, se hizo más cercano de lo que hubiéramos podido imaginar, tomó nuestra carne para salvarnos. Este anuncio es el corazón de la fe; debe preceder y animar todas nuestras iniciativas. Existimos para hacer palpable esta cercanía», expresó.

Convertirnos en panes partidos para la vida del mundo

«No se puede comunicar la cercanía de Dios sin tener experiencia de ella – prosiguió – sin experimentarla cada día, sin dejarse contagiar por su ternura».

«A través de la oración le damos al Señor la ciudadanía dondequiera que vivamos. Sintámonos, como san Pablo, tejedores de tiendas (cf. Hch 18, 3): apóstoles que permiten al Señor habitar en medio de su pueblo (cf. Jn 1, 14)».

Francisco explicó que estando cerca del Dios de la proximidad, crecemos en la conciencia de que nuestra identidad consiste en hacernos cercanos: «Este es mi Cuerpo ofrecido por ustedes», decimos en el momento más alto de la ofrenda eucarística por nuestro pueblo. Nuestra vida brota de aquí y nos lleva a convertirnos en panes partidos para la vida del mundo, remarcó.

Atender a los últimos, a los pobres

«El termómetro de la cercanía es la atención a los últimos, a los pobres, que ya es un anuncio del Reino – dijo en otro momento – Llevar una vida sencilla es dar testimonio de que Jesús es suficiente para nosotros y de que el tesoro del que queremos rodearnos está constituido más bien por aquellos que, en su pobreza, nos lo recuerdan y lo representan: no pobres abstractos, datos y categorías sociales, sino personas concretas, cuya dignidad nos es confiada como padres».

El Papa exhortó a los nuevos obispos a «ser capaces de escuchar el latido de sus comunidades y de sus sacerdotes, incluso a distancia: sentir el latido. Pastores que no se contentan con presencias formales, reuniones de agendas o diálogos de circunstancias».

También pidió «no dejar a la gente esperando y no ocultar los problemas debajo de la alfombra. Por tanto, deben ser cercanos, estar en contacto con las personas, dedicarles más tiempo que a los despachos. No temer el contacto con la realidad, que hay que conocer y abrazar”.

El Papa Francisco se encontró esta mañana con todos los nuevos obispos que ha nombrado en el último año, quienes participaron en el curso organizado por las congregaciones para los Obispos y las Iglesias Orientales. En su discurso, el Sumo Pontífice les dio unas directrices para el buen ministerio episcopal:

Mons. Guillermo Elías, Mons. Ricardo Rodríguez, y Mons. Carlos Castillo en saludo fraterno con el Papa Francisco

Durante la audiencia estuvieron presentes seis nuevos obispos en el Perú: Mons. Carlos Castillo (Arzobispo de Lima), Mons. Guillermo Elías (obispo auxiliar de Lima), Mons. Ricardo Rodríguez (obispo auxiliar de Lima), Mons. Giovanni Cefai (obispo de Huancané-Arequipa), Mons. Ciro Quispe (obispo de Juli-Puno), y Mons. Timoteo Solórzano (obispo auxiliar de Trujillo).

La proximidad a Dios y la cercanía a su pueblo, son estos consejos que da el Papa Francisco a los nuevos miembros del Colegio Episcopal, que del 4 al 11 de septiembre participaron en un curso organizado por las congregaciones para los Obispos y las Iglesias Orientales.

A continuación compartimos el mensaje del Papa Francisco a los obispos participantes del curso de formación dirigido por el Cardenal Marc Ouelett:

Queridos hermanos, buenos días.

Os doy la bienvenida a este encuentro que concluye vuestra peregrinación a Roma, organizado por las Congregaciones para los Obispos y para las Iglesias Orientales. Agradezco al cardenal Ouellet y al cardenal Sandri su esfuerzo en la organización de estos días.

Juntos, como nuevos miembros del Colegio Episcopal, habéis bajado hace poco a la tumba de Pedro, el “trofeo” de la Iglesia de Roma. Allí habéis confesado la misma fe que el Apóstol. No es una teoría o un compendio de doctrinas, sino una persona, Jesús. Su rostro nos acerca a la mirada de Dios. Nuestro mundo busca, incluso inconscientemente, esta cercanía divina. Él es el mediador. Sin esta cercanía de amor, el fundamento de la realidad se tambalea; la Iglesia misma se extravía cuando pierde la ternura vivificadora del Buen Pastor. Aquí habéis confiado vuestras Iglesias, por ellas habéis repetido con Jesús: «cuerpo ofrecido y sangre derramada por vosotros». No conocemos otra fuerza que esta, el poder del Buen Pastor, el poder de dar la vida, de acercar al Amor a través del amor. Esta es nuestra misión: ser para la Iglesia y para el mundo los “sacramentos” de la cercanía de Dios. Por eso quisiera deciros algo sobre la cercanía, que es esencial para todo ministro de Dios y especialmente para los obispos. Cercanía a Dios y cercanía a su pueblo.

La cercanía a Dios es la fuente del ministerio del obispo. Dios nos ama, se hizo más cercano de lo que hubiéramos podido imaginar, tomó nuestra carne para salvarnos. Este anuncio es el corazón de la fe; debe preceder y animar todas nuestras iniciativas. Existimos para hacer palpable esta cercanía. Pero no se puede comunicar la cercanía de Dios sin tener experiencia de ella, sin experimentarla cada día, sin dejarse contagiar por su ternura. Cada día, sin ahorrar tiempo, debemos estar frente a Jesús, llevarle las personas, las situaciones, como canales siempre abiertos entre él y nuestro pueblo. A través de la oración le damos al Señor la ciudadanía dondequiera que vivamos. Sintámonos, como san Pablo, tejedores de tiendas (cf. Hch 18, 3): apóstoles que permiten al Señor habitar en medio de su pueblo (cf. Jn 1, 14).

Sin esta confianza personal, sin esta intimidad cultivada cada día en la oración, incluso y sobre todo en las horas de desolación y aridez, el núcleo de nuestra misión episcopal se desmorona. Sin la cercanía al Sembrador, el esfuerzo de sembrar la semilla sin saber el momento de la cosecha nos parecerá insatisfactorio. Sin el Sembrador, será difícil acompañar con paciente confianza la lentitud de la maduración. Sin Jesús, llega la desconfianza de que Él no llevará a cabo su obra; sin Él, tarde o temprano, uno se desliza en la melancolía pesimista de los que dicen: “todo va mal”. ¡Es muy feo escuchar a un obispo que diga eso! Sólo estando con Jesús estamos preservados de la presunción pelagiana de que el bien se deriva de nuestra habilidad. Sólo estando con Jesús llega a nuestros corazones la paz profunda que nuestros hermanos y hermanas buscan de nosotros.

Y de la cercanía a Dios a la cercanía a su pueblo. Estando cerca del Dios de la proximidad, crecemos en la conciencia de que nuestra identidad consiste en hacernos cercanos. No es una obligación externa, sino una exigencia interna de la lógica del don. «Este es mi Cuerpo ofrecido por vosotros», decimos en el momento más alto de la ofrenda eucarística por nuestro pueblo. Nuestra vida brota de aquí y nos lleva a convertirnos en panes partidos para la vida del mundo. Por lo tanto, la cercanía a las personas que nos han sido confiadas no es una estrategia oportunista, sino nuestra condición esencial. Jesús ama acercarse a sus hermanos y hermanas a través de nosotros, a través de nuestras manos abiertas que acarician y consuelan; a través de nuestras palabras, pronunciadas para ungir al mundo de Evangelio y no de nosotros mismos; a través de nuestro corazón, cuando está cargado de la angustia y las alegrías de nuestros hermanos y hermanas. Incluso en nuestra pobreza, depende de nosotros que nadie perciba a Dios como algo lejano, que nadie tome a Dios como excusa para levantar muros, derribar puentes y sembrar odio. También es feo cuando un obispo derriba puentes, siembra odio o desconfianza, hace de contra-obispo. Tenemos que proclamar con nuestra vida una medida de vida diferente a la del mundo: la medida de un amor sin medida, que no mira a su propia utilidad y a sus propios intereses, sino al horizonte ilimitado de la misericordia de Dios.

La cercanía del obispo no es retórica. No está hecho de proclamaciones autorreferenciales, sino de disponibilidad real. Dios nos sorprende y a menudo le gusta trastocar nuestra agenda: preparaos para esto sin temor. La cercanía conoce verbos concretos, los del buen Samaritano: ver, es decir, no mirar para otro lado, no hacer como si no pasara nada, no dejar a la gente esperando y no esconder los problemas bajo la alfombra. Después, acercarse, estar en contacto con la gente, dedicarles más tiempo que al escritorio, no temer el contacto con la realidad, para conocerla y abrazarla. Y luego, vendar las heridas, hacerse cargo, cuidarentregarse (cf. Lc 10,29-37). Cada uno de estos verbos de cercanía es un hito en el camino de un obispo con su pueblo. Cada uno pide involucrarse y ensuciarse las manos. Estar cerca del pueblo de Dios es identificarse con él, compartir sus penas, no despreciar sus esperanzas. Estar cerca de la gente es tener confianza en que la gracia que Dios derrama fielmente sobre vosotros, y de la que somos canales incluso a través de las cruces que cargamos, es mayor que el fango del que tenemos miedo. Por favor, no dejéis que los temores sobre los riesgos del ministerio prevalezcan, retrayéndoos en vosotros mismos y manteniendo las distancias. Que vuestra Iglesias marquen vuestra identidad, porque Dios ha unido los destinos pronunciando vuestro nombre con el de ellas.

El termómetro de la cercanía es la atención a los últimos, a los pobres, que ya es un anuncio del Reino. Lo será también vuestra sobriedad, en un tiempo en que en muchas partes del mundo todo se reduce a los medios de satisfacer las necesidades secundarias, que ahogan y esclerotizan el corazón. Llevar una vida sencilla es dar testimonio de que Jesús es suficiente para nosotros y de que el tesoro del que queremos rodearnos está constituido más bien por aquellos que, en su pobreza, nos lo recuerdan y lo representan: no pobres abstractos, datos y categorías sociales, sino personas concretas, cuya dignidad nos es confiada como padres. Padres de personas concretas; o sea paternidad, capacidad de ver, concreción, capacidad de acariciar, capacidad de llorar.

Parece que hoy en día hay estetoscopios que pueden oír un corazón a una distancia de un metro. Necesitamos obispos capaces de escuchar el latido de sus comunidades y de sus sacerdotes, incluso a distancia: sentir el latido. Pastores que no se contentan con presencias formales, reuniones de agendas o diálogos de circunstancias. A mí me vienen en mente pastores que se preocupan tanto de sí mismos que parecen agua destilada, que no sabe a nada. Apóstoles de la escucha, que también saben prestar oído a lo que no es agradable oír. Por favor, no os rodeéis de lacayos y yes men… los sacerdotes “trepas” que buscan siempre algo.. no, por favor. No anheléis que os confirmen aquellos a quienes debéis confirmar. Hay muchas formas de cercanía a vuestras Iglesias. En particular, quisiera alentar las visitas pastorales regulares: visitar con frecuencia, encontrarse con la gente y con los pastores; visitar siguiendo el ejemplo de Nuestra Señora, que no perdió el tiempo y se levantó para ir rápidamente a ver a su prima. La Madre de Dios nos muestra que visitar es acercar a Aquel que nos hace sobresaltarnos de alegría, es llevar el consuelo del Señor que hace grandes cosas entre los humildes de su pueblo (cf. Lc 1, 39 ss.).

Finalmente, os pido una vez más que reservéis la cercanía más grande a vuestros sacerdotes: el sacerdote es el prójimo más próximo del obispo. Amar al prójimo más próximo. Os pido que los abracéis, dadles las gracias y animadlos en mi nombre. Ellos también están expuestos a la intemperie de un mundo que, aunque cansado de las tinieblas, no escatima la hostilidad a la luz. Necesitan ser amados, seguidos, animados: Dios no quiere medias tintas de ellos, sino un sí total. En aguas poco profundas uno se estanca, pero su vida está hecha para llevarla al mar abierto. Como la vuestra. ¡Ánimo, pues, mis queridos hermanos! Os doy las gracias y os bendigo. Por favor acordaos de rezar todos los días por mí también. Gracias.

El Padre Alberto Valentín Avalos, Vicario de la Comisión de Pastoral Social y Dignidad Humana (antes conocida como Vicaría de la Caridad), compartió los principales proyectos que se vienen desarrollando para promover la solidaridad y cooperación en la arquidiócesis de Lima.

“El trabajo principal de la Vicaría de la Pastoral Social y la Dignidad Humana es articular los trabajos en el aspecto social, ya no solo en la asistencia al necesitado, sino en la generación de programas vinculados a reducir brechas sociales en beneficio de la población vulnerable y desplazada”, comentó.

Para ello es necesario una organización eficiente y solidaria que preste servicios adecuados y oportunos a los más necesitados, con la participación activa de nuestras parroquias de la arquidiócesis. Por eso, el padre Avalos destacó que se busca “generar proyectos a largo plazo” que le permitan a las personas valerse por sí mismo sin depender de la ayuda social de la vicaría.

Caritas Parroquial: descentralizar la ayuda

Una de las líneas más importantes que intenta implementar la Vicaría de Pastoral Social y Dignidad Humana, es la descentralización de la ayuda:

“Vamos a lanzar el proyecto de caritas parroquial, es decir, lo que tenemos aquí replicarlo en cada parroquia, para que de esa forma descentralicemos un poquito la ayuda ytratar que las diferentes ayudas en cosas o proyectos las podamos dar a los lugares que necesiten”.

La idea es «brindar los lineamientos para el desarrollo de la pastoral social y su implementación en cada una de las parroquias, a través de su unidad ejecutora». La importancia de este proyecto radica en la generación vínculos más directos con cada parroquia, “monitoreando y fiscalizando lo que se está haciendo para que la ayuda se haga efectiva”.

El vicario manifestó que en Lima vienen trabajando con dos realidades, “las de clase social baja, donde están incluidas las poblaciones de la periferia; y la situación urbana” – continuó – “por eso nos dirigimos también a los sitios en la ciudad donde empieza a haber tugurización de la vivienda”.

Combatir la anemia: una prioridad

Uno de los proyectos previstos para este año se viene desarrollando en el distrito de El Agustino y tiene que ver con la lucha contra la anemia. El padre Avalos asegura que aquí se ha reducido «el 90% de anemia de la población de las dos cunas en las que se ha trabajado”.

“Tenemos un convenio con un laboratorio de Santo Domingo que nos da un kit de purificación de agua. El proyecto consiste en entregar los materiales, enseñar a usarlos y el compromiso de la familia es, al ya no tener que gastar mucho en medicinas por las enfermedades frecuentes, que ese dinero lo utilice para mejorar la vivienda”.

Este plan va de la mano con la meta propuesta en nuestro país de reducir la anemia infantil de un 43% en promedio a sólo un 19% para el año 2021.

Campañas de vacunación en parroquias

Otra de las actividades que se vienen realizando con gran éxito es la Campaña de Vacunación contra la Influenza y Neumonía, una iniciativa que es posible gracias a la alianza estratégica con el Ministerio de Salud y Voces Ciudadanas.

La campaña ha beneficiado hasta la fecha a más de tres mil personas de la arquidiócesis de Lima, quienes acudieron masivamente a parroquias de distritos como Surco, Rímac, Chorrillos, Cercado de Lima, Pueblo Libre, La Molina, Magdalena, entre otros.

Talleres de capacitación contra la violencia infantil

La alianza estratégica con la organización cristiana World Vision también viene dando sus frutos. A la fecha se ha inaugurado un ciclo de talleres de capacitación contra la violencia infantil titulado: «Todo empieza con ternura».

En su primera convocatoria participaron docentes y directores de colegios de la Asociación de Instituciones Educativas Católicas – AIEC, promotores de cunas infantiles, y responsables de la Pastoral Social de nuestras parroquias.

Este tipo de capacitaciones tienen como objetivo formar a facilitadores para propiciar la crianza con amor, ternura y cero violencia. Con ello se busca aportar al desarrollo integral de los niños y niñas.

El trabajo social de la Vicaría de la Pastoral Social y Dignidad Humana, el reconocimiento de Monseñor Elías a la cultura Afroperuana, y la solemnidad de Santa Rosa de Lima, fueron algunas de las actividades más destacadas del mes de agosto en la Arquidiócesis de Lima.

Catedral de Lima

Durante cada domingo de agosto,  la Basílica-Catedral de Lima fue el lugar de encuentro de la feligresía peruana para escuchar la Palabra de Dios y participar en comunidad de la celebración eucarística:

Compartimos algunas frases destacadas:

“La vida cristiana es un renunciar a la codicia, a la ambición, al amontonar como locos. Todas las riquezas, lo dice la Iglesia, están para ser compartidas, para el bien común” – Mons. Carlos Castillo-Domingo XVIII del tiempo ordinario.

“Donde está tu corazón, ahí está tu tesoro, si tu corazón está en Dios todo lo demás no pierde sentido, al contrario, si tu corazón está en Dios todo lo demás tendrá el verdadero y auténtico sentido que debe tener”Mons. Ricardo Rodríguez-Domingo  XIX del tiempo ordinario.

“El Señor no imparte normas, el Señor suscita en nosotros inspiraciones, nos dice palabras, parábolas, palabras figurativas para que todos imaginemos cada uno según su situación cómo vivir lo que el Señor está diciendo”Mons. Carlos Castillo- Domingo XX del tiempo ordinario.

“No podemos anhelar el reino que el Señor nos promete si nosotros no emprendemos con compromiso este camino de conversión personal que también es el camino de la conversión social, la esperanza la construimos comunitaria y solidariamente con nuestro compromiso con el evangelio, con la Iglesia y con la sociedad” – R.P Juan José Salaverry Villarreal OP – Domingo XXI del tiempo ordinario.

📍Arquidiócesis de Lima

Campaña de vacunación

Con gran éxito se desarrolló la campaña de vacunación contra la Influenza y el Neumococo, que incluyó a diferentes parroquias de la Arquidiócesis de Lima cada domingo del mes de agosto. Este esfuerzo de Cáritas Lima fue posible gracias a la alianza con el Ministerio de Salud y Voces Ciudadanas.

Reconocimiento comunidad Afroperuana a Mons. Guillermo Elías.

En un acto realizado en las instalaciones del Museo Nacional Afroperuano del Congreso de la República, la Coordinadora para el Desarrollo de los Pueblos Afroperuanos otorgó la Primera Medalla Conmemorativa de la Cultura Afroperuana al Obispo Auxiliar de Lima, Monseñor Guillermo Elías Millares por su destacada labor a favor de una sociedad más tolerante y solidaria.

“Tenemos la misma dignidad unos con otros, no debemos considerarnos menos ni más que nadie en este mundo, debemos de sentirnos orgullosos de lo que somos, sin importar la raza y el color de la piel” Mons. ( Guillermo Elías (ver noticia)

Encuentro Nacional de Rectores y Formadores de Seminarios

Del 4 al 8 de agosto se llevó a cabo el Encuentro Anual de Rectores y Formadores de Seminarios Mayores, Menores y Propedéuticos del Perú, que terminó con una eucaristía presidida por Mons. Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú.

“Si no hay una apertura permanente al mundo jamás podremos dar un mensaje relevante y adecuado, justo, oportuno y alegre” – Mons. Carlos Castillo- Casa De Ejercicios Espirituales Santa Rosa.

Fiesta de San Roque

La parroquia San Roque celebró 58 años de fundación, congregando a alumnos del colegio, laicos y fue presidida por el arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo que expresó que: “El corazón de la fe cristiana no solamente es amar como Dios nos ama, sino amar en la forma específica en que nos enseñó a amar por medio de Jesús. Ser cristiano no solamente es amar, sino amar saliendo de sí mismo y poniéndose en el camino del otro”.

56° aniversario de la Parroquia San Francisco de Borja

Durante el 56° aniversario de la parroquia San Francisco de Borja, Mons. Carlos Castillo reflexionó sobre el significado de la expresión «entrar por la puerta estrecha para alcanzar la salvación»: “Dios nos ha llamado a construir el reino con toda la humanidad y a pasar por la puerta estrecha del diálogo con todos los que sufren, solamente así anticiparemos el reino de Dios en esta tierra” comentó.

319° aniversario Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas

El obispo de Lima también presidió la misa de acción de gracias por el aniversario 319 del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN), en la Capilla Cristo Pobre, ubicada dentro de la institución.

“Lima está para cambiar, para ser una ciudad y una comunidad que pueda pensar en los que están más allá de la montaña, curándonos como ustedes nos curan, investigando y conociendo con la ciencia las cosas que nos destruyen”. (leer homilía)

🌹 Santa Rosa de Lima

Nuestro país recordó la grandeza de Rosa de Lima una mujer de profunda sensibilidad que siempre estuvo a favor de los que más sufren:

“El Perú está llamado a ser una partecita del cielo, y eso significa en palabras de Rosa que todos podemos hallar en nosotros la capacidad de amar, identificarnos con Jesús a través de las personas que amamos, pero especialmente con las que no amamos, las que están lejos de nosotros”, comentó Mons. Castillo (leer homilía)

Jesús pone su mirada en «los despreciados, los insignificantes», porque ellos «serán los primeros”. Fueron las palabras de Monseñor Guillermo Elías, Obispo Auxiliar de Lima, durante la reciente edición del programa Diálogo de Fe. Aquí la entrevista completa:

Jesús se fija en los últimos, los insignificantes

Al ser consultado sobre el evangelio del XXII Domingo del Tiempo Ordinario – «Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido” (Lc 14, 1.7-14: ), Monseñor Elías explicó que el tema central de la predicación de Jesús fue «reconocer aquel valor que a veces no entendemos, enaltecer al que se humilla y al que se enaltece realmente ubicarlo en su propia realidad, traerlo a su realidad».

Cuando Jesús expresa su voluntad de que los últimos serán los primeros está planteando «criterios completamente nuevos» que choca con los criterios del «fariseísmo». Él pone su mirada en «los despreciados, los insignificantes», ellos «serán los primeros.”

Así como Dios actúa con nosotros, nosotros tendríamos que actuar entre nosotros

En otra parte de la entrevista, Monseñor Guillermo se refirió a las palabras del Santo Padre donde afirma que debemos obedecer a Dios antes que a los hombres: “Hay que remitirnos a ese Dios que piensa diferente, a ese Dios que nos concibe diferente, ese Dios que espera que actuemos de acuerdo a su criterio”, agregó.

La identificación de Rosa de Lima con el pobre

Refiriéndose a la Solemnidad de Santa Rosa de Lima, el obispo auxiliar comentó que es importante «contextualizar la vida de Rosa con la realidad de hoy y la identificación de Rosa con el pobre, el desvalido, el indio, el negro».

«Esa identificación con el dolor de la cruz, es con el hermano; entonces a veces nos hemos quedado con una Rosa con ciertas cosas anecdóticas que son buenas, pero yo creo que hay que releerla y contextualizarla hoy. Una laica que es un modelo de vida para todos.”

La Iglesia debe trabajar por la familia

Al abordar el tema de las crisis familiares que se viven en la actualidad, el obispo auxiliar indicó que la “familia es un espacio donde se están suscitando una serie de cambios»¿Por qué no duran los matrimonios? – preguntó – porque realmente son dos personas carentes que se unen a veces buscando que el otro resuelva mis necesidades, y no queriendo juntos construir un vínculo»

«En la medida que abandonemos el trabajo por la familia se pone en peligro el futuro de la humanidad, entonces, tenemos que trabajar, y eso es lo que voy a intentar aportar en la arquidiócesis”, concluyó.

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